

Buenas hasta el último mordisco. ÑAM!!!!!
Preparación:
Precalentar el horno a 200ºC.
Preparar una bandeja de muffins con cestillos de papel.
Rehogar la cebolla y el pavo en AOVE. Mezclarlo con el aceite, el pan previamente remojado en la leche y el huevo batido. Reservar.
Tamizar en un bol todos los ingredientes secos y mezclarlos con las hierbas picadas muy finas. Añadirle la mezcla de líquidos que teníamos preparada y remover hasta que esté todo integrado pero sin mezclar en exceso.
Llenar los moldes hasta unos 2/3 de su capacidad y hornear durante 15-20 minutos. Estarán listos cuando la parte superior esté ligeramente dorada y al introducir en el centro de un muffin un palillo éste salga seco.
Fuente: "Muffins: Pequeñas exquisiteces para todos los paladares" - NGV Ediciones
Fricassée de buey con verduritas baby y panecillos aromáticos
Con questa ricetta partecipo al contest di Imma di Dolci a gogò, "Tutto in cocotte"Bajamos el fuego, añadimos la harina y mezclamos.
Prepariamo adesso la nostra cocotte. Mettiamo dento la carne, l'aglio e la cipolla e tutte le erbe. Aggiungiamo il brodo, copriamo e inforniamo per due ore e mezza - tre ore a 200º.
Ahora preparamos nuestra cocotte. Ponemos dentro la carne, el ajo y la cebolla y todas las hierbas. Añadimos el caldo, cubrimos y llevamos al horno durante dos horas y media a tres horas, a 200ºC.
Mientras tanto doramos las verduritas en una sartén con mantequilla. Reservamos.
Tamizamos la harina, la levadura y la sal y mezclamos todo con la mantequilla utilizando los dedos, hasta obtener una consistencia de migas.
Añadimos la leche, las hierbas y el parmesano y amasamos rápidamente. Formamos una bola con la masa.
Extendemos con el rodillo y cortamos en discos de 1 cm de espesor.
Cuando los panecillos se hayan inflado y estén dorados, retiramos del horno y servimos enseguida; este plato hay que degustarlo muy caliente, con los panecillos aún tibios y fragantes.
***Edito***
-Mi querida amiga Federica me ha hecho una sutil corrección: el nombre de esta pasta no es pappardelle: lo que he hecho son mafaldine, la diferencia está en los bordes rizados. Gracias Federica!-
Los que me conocéis un poco sabéis de mi pasión por la pasta, así que cuando supe cuál era la propuesta salada de este mes no me dio ninguna pereza ponerme manos a la obra.
La pasta fresca es facilísima de hacer, incluso si no tienes Kitchen Aid, ni máquina de pasta, ni nada excepto harina, tus propias manos y tu rodillo de toda la vida. La pasta rellena (como por ejemplo estos ravioli rellenos de calabaza) tiene algo más de intríngulis pero la pasta larga se prepara en un abrir y cerrar de ojos, animaos si no habéis probado nunca porque merece la pena hacerla en casa, nunca comeréis una pasta mejor.
Ingredientes:
400 grs de harina
4 huevos
Sal
AOVE por si la masa queda demasiado espesa
Preparación:
Empezamos por tamizar la harina sobre la superficie de trabajo para formar un volcán.
Dentro del volcán pondremos los huevos y empezaremos a remover con los dedos para ir integrando poco a poco la harina.
Amasaremos hasta que tengamos una masa firme, que no se nos pegue a los dedos pero que sea muy elástica porque la tendremos que estirar muy fina, lo más posible.
Espolvoreamos de harina la masa y empezamos a estirar de la manera más uniforme posible y hasta llegar al espesor mínimo del que seamos capaces. Es difícil pero no imposible, sólo se requiere fuerza, paciencia y un truco: cuando llega un momento en el que no podemos estirar más, entonces paramos diez minutos o un cuarto de ora y después volvemos a la carga.
Cortamos con lo que tengamos a mano: Una máquina de pasta (lo ideal para trabajar menos y que quede perfecta), o un rodillo dentado, o en mi caso una rueda pastelera. Lo de recortarles los bordes para igualarlas tampoco es imprescindible, pero queda más estético.
Los recortes valen perfectamente para una sopa, o en mi caso para mi peque, que se comió un plato de recortitos con tomate y parmesano y no dejó ni gota.
Procesar la mantequilla con el azúcar hasta que esté cremosa. Añadir el huevo poco a poco, en forma de hilo, sin dejar de batir. Incorporar el licor y a continuación la harina previamente tamizada con la sal en 2-3 adiciones. Por último, cuando la masa esté casi integrada, añadir las cerezas para que se desmenucen un poco.
Os pongo foto del mordisco, quedan muy tiernas y esponjosas pero firmes a la vez, se podrían decorar sin problemas.