Mañana hace una semana que empecé la dieta salvaje. Controlada por un endocrino, que me mandó una analítica previa exhaustiva, me pesó, me midió y me hizo un análisis de la masa corporal. No me dijo cuántos kilos tengo que perder, él prefiere hablar de porcentajes, y los porcentajes dicen que me sobra el 11% de la grasa que tengo en el cuerpo. La buena noticia, según me dijo, es que no tengo el colesterol ni los niveles de glucosa altos, ni hipertensión, ni ningún otro problema añadido. Así que pensé ¡Qué bien, no tengo problemas añadidos, sólo tengo que pasar hambre durante dos años!”
De momento voy bien porque he perdido casi dos kilos y me he acostumbrado rápido a la nueva manera de comer. La cena en esta dieta consiste en un lácteo y una fruta, con lo que gano en tiempo, lo cual me viene muy bien porque por la noche suelo estar cansada para cocinar y así tampoco tengo la tentación de recurrir al sándwich (ya sabéis, “cocina de supervivencia”)
En la dieta que me entregó el médico se hace referencia a la importancia de comer cosas que nos gusten y nos satisfagan incluso visualmente, él lo llama “la imagen de la comida.” Se trata de sustituir la noción de “estar lleno” por la de “estar satisfecho”, así que le estoy echando imaginación a la cocina para llevar a la mesa platos bajos en calorías pero que sean nutritivos y vistosos, que alegren la vista y el paladar.
El domingo pasado conseguí bastante bien el objetivo con estas cebollas rellenas. La idea la saqué de una página web americana en la que las que un chico mexicano las proponía con ingredientes totalmente diferentes y con un aire más Tex-Mex. Podéis ver la receta que me inspiró aquí. Yo pensé en una versión más suave y me salió esto.
Ingredientes para 3 personas:
6 cebollas grandes
2 pimientos italianos
2 filetes de pechuga de pollo cortados en tiritas muy finas
200 grs. de maíz congelado
1 huevo
AOVE
Sal, pimienta negra y nuez moscada al gusto
Harina
Pimentón dulce – 2 cucharadas
Preparación:
Cocemos el maíz en abundante agua salada, y lo dejamos escurriendo mientras preparamos el resto de la receta. Para cualquier otra preparación bastan 2-3 minutos, pero yo lo dejé 15 minutos para que estuviera muy tierno y su textura no destacara por encima de los demás ingredientes.
Vaciamos las cebollas con la cuchara de hacer bolitas de melón, reservándonos la pulpa. Las untamos con AOVE por dentro y por fuera y las ablandamos a horno medio durante unos 20 minutos, vigilando para que no se quemen los bordes.
Picamos muy fina la pulpa de la cebolla, la salamos ligeramente y la rehogamos en AOVE hasta que esté bien doradita, incorporamos el pimiento cortado en tiritas muy finas y cuando esté dorado añadimos el pollo previamente condimentado con pimienta y nuez moscada y ligeramente espolvoreado con harina (esto para que no se nos peguen los trocitos entre sí y porque también ayuda a que el relleno quede más armado) Cuando el pollo esté bien tostadito, añadimos el pimentón y mezclamos hasta que se disuelva sin llegar a tostarse. Por último incorporamos el maíz , damos unas cuantas vueltas más al conjunto, retiramos del fuego y ligamos todo con el huevo rápidamente para que éste no se cueza al calor de la mezcla.
Introducimos el relleno en las cebollas ya ablandadas, regamos todo con otro chorrito de AOVE y llevamos al horno durante una media hora.
Para una versión “No-dieta” recomiendo espolvorear las cebollas con Cheddar o Leerdamer rallado, quedaría muy bien. Yo no se lo puse porque me extralimité bastante incluyendo harina y huevo en la preparación.
Las serví con ensalada de lechuga y tomate aliñada con albahaca fresca, AOVE y vinagre de Jerez dulce al Pedro Ximénez… como veis sigo el consejo del médico, cuido vista y paladar.
Espero que os guste la idea, ya me contaréis.
De momento voy bien porque he perdido casi dos kilos y me he acostumbrado rápido a la nueva manera de comer. La cena en esta dieta consiste en un lácteo y una fruta, con lo que gano en tiempo, lo cual me viene muy bien porque por la noche suelo estar cansada para cocinar y así tampoco tengo la tentación de recurrir al sándwich (ya sabéis, “cocina de supervivencia”)
En la dieta que me entregó el médico se hace referencia a la importancia de comer cosas que nos gusten y nos satisfagan incluso visualmente, él lo llama “la imagen de la comida.” Se trata de sustituir la noción de “estar lleno” por la de “estar satisfecho”, así que le estoy echando imaginación a la cocina para llevar a la mesa platos bajos en calorías pero que sean nutritivos y vistosos, que alegren la vista y el paladar.
El domingo pasado conseguí bastante bien el objetivo con estas cebollas rellenas. La idea la saqué de una página web americana en la que las que un chico mexicano las proponía con ingredientes totalmente diferentes y con un aire más Tex-Mex. Podéis ver la receta que me inspiró aquí. Yo pensé en una versión más suave y me salió esto.
Ingredientes para 3 personas:
6 cebollas grandes
2 pimientos italianos
2 filetes de pechuga de pollo cortados en tiritas muy finas
200 grs. de maíz congelado
1 huevo
AOVE
Sal, pimienta negra y nuez moscada al gusto
Harina
Pimentón dulce – 2 cucharadas
Preparación:
Cocemos el maíz en abundante agua salada, y lo dejamos escurriendo mientras preparamos el resto de la receta. Para cualquier otra preparación bastan 2-3 minutos, pero yo lo dejé 15 minutos para que estuviera muy tierno y su textura no destacara por encima de los demás ingredientes.
Vaciamos las cebollas con la cuchara de hacer bolitas de melón, reservándonos la pulpa. Las untamos con AOVE por dentro y por fuera y las ablandamos a horno medio durante unos 20 minutos, vigilando para que no se quemen los bordes.
Picamos muy fina la pulpa de la cebolla, la salamos ligeramente y la rehogamos en AOVE hasta que esté bien doradita, incorporamos el pimiento cortado en tiritas muy finas y cuando esté dorado añadimos el pollo previamente condimentado con pimienta y nuez moscada y ligeramente espolvoreado con harina (esto para que no se nos peguen los trocitos entre sí y porque también ayuda a que el relleno quede más armado) Cuando el pollo esté bien tostadito, añadimos el pimentón y mezclamos hasta que se disuelva sin llegar a tostarse. Por último incorporamos el maíz , damos unas cuantas vueltas más al conjunto, retiramos del fuego y ligamos todo con el huevo rápidamente para que éste no se cueza al calor de la mezcla.
Introducimos el relleno en las cebollas ya ablandadas, regamos todo con otro chorrito de AOVE y llevamos al horno durante una media hora.
Para una versión “No-dieta” recomiendo espolvorear las cebollas con Cheddar o Leerdamer rallado, quedaría muy bien. Yo no se lo puse porque me extralimité bastante incluyendo harina y huevo en la preparación.
Las serví con ensalada de lechuga y tomate aliñada con albahaca fresca, AOVE y vinagre de Jerez dulce al Pedro Ximénez… como veis sigo el consejo del médico, cuido vista y paladar.
Espero que os guste la idea, ya me contaréis.
5 comentarios:
Nos encantan las cebollas rellenas, el relleno es muy original. Y sentimos mucho Lilo hacerte sufrir viendo nuestra web jejeje. Hemos estado a plan mucho tiempo, y sabemos lo mal que se pasa cuando tienes la tentación delante. Luego ya te acostumbras como comentas aunque ha sido mala época para abrir un blog jejeje.
No va a venir mal ver y recopilar recetas tuyas especiales para régimen.
Un saludo.
Se me olvidaba. Recuerdo que cuando estuvimos a plan, una cosa que comìamos y nos encantaba era mucho cefalópodo, ya sabes, calamar a la plancha, sepia, pulpo. Y luego algo menos pero que oye, se te olvidaba el régimen, eran crustáceos, mejillones, gambitas, berberechos.... sobre todo hacíamos esto para cenar.
No te vamos a decir nada nuevo, pero quitándonos de las cenas copiosas, es decir, de los malditos sandwiches, roscas, bocadillos, ensaadas césar, embutido, pizzas etc... recuerdo que adelgazamos bastante en 6 meses.
Un saludo y suerte.
Gracias Carlos,
el sufrimiento es relativo, me encanta todo lo que tenga que ver con la cocina y aunque no me pueda comer unas costillas con patatas disfruto viéndolas. Piensa que ya hice la receta del reto de las Daring Bakers y no me la he podido comer, ý es que lo mío es masoquismo en estado puro.
Un abrazo.
No sabes como te comprendo.....Mi vida es un régimen constante con lo que me gusta cocinar y comer....¡ en fin !, ¡ Que te voy a contar que tu no sepas !
Nunca he cocinado cebollas rellenas pero desde luego apunto tu idea.Siempre está bien renovar recetas y más si son "aptas " ja,ja,ja.
un abrazo,
María José.
Hola Lilo!!
Estas cebollas tienen una pinta buieniiiiisima.
Gracias por pasar por mi cocina, estas siempre invitada.
Y si necesitas ayuda para tu tarta de fondant yo estaré encantada de ayudarte desde mi concia en lo que pueda.
Un abrazo y buen finde...
Un mimito para tu hija.
Isabel.
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