He hecho estos pastelitos para enviárselos como regalo a mi querida amiga Rossa, que vive en Lisboa. Rossa se llama en realidad Hortensia, pero más que como la flor de su nombre yo la veo como una Dalia roja, todo fuego como su pelo rojo, y todo misterio como sus ojos de color océano que nunca he sabido muy bien de qué color exacto son.
Aprovechando que un compañero de trabajo tenía que viajar a Lisboa pensé en enviarle a Rossa algo hecho por mí para darle una sorpresa, ya que en su cumple ni siquiera me acordé de felicitarla. Quería algo exótico y aromático pero sin resultar demasiado cargante, y desde luego el chocolate no podía faltar porque a mi amiga le encanta.
La consistencia del relleno está entre la de los pasteles de dátiles que se hacen en todo el magreb y la del mazapán, pero también recuerda a los dulces típicos de Siena (Panforte y Panpepato), y a los chocolates alemanes rellenos de mazapán. Lo del coco es imitación de los Lamingtons, bocaditos cuadrados muy típicos en Australia y Nueva Zelanda.
Ingredientes:
125 grs. de dátiles
75 grs. de nueces
75 grs. de almendras
60 grs. de harina de almendras
2 huevos
2 cucharadas soperas de miel
2 cucharadas soperas de azúcar moreno
Ralladura de una naranja + 2 cucharadas soperas de zumo
200 grs. de chocolate de cobertura
Coco rallado para decorar
Preparación:
Picar finas las nueces y las almendras pero sin reducirlas a polvo. Igual con los dátiles, cortar en cubitos muy pequeños (mejor a cuchillo o tijera que con procesador) sin que lleguen a hacerse una pasta.
Añadirle la harina de almendra, el zumo y la ralladura de la naranja, la miel y por último la harina de almendra, removiendo con cuchara de madera hasta que ésta haya absorbido la humedad de la masa.
Colocar en molde de cake y hornear a 120º durante 30-40 minutos. Tiene que quedar apenas dorado, sin llegar a endurecerse, sólo lo justo para que el huevo se cueza y la preparación quede lo suficientemente firme como para cortarla sin que se rompan los pastelitos.
Dejar enfriar completamente en rejilla y bañar con chocolate fundido. Antes de que se seque, espolvorear con coco rallado.
Aquí el corte, un poco oscuro pero es lo que hay, soy lo peor como fotógrafa.
Aquí ya preparados en sus envoltorios, el cuenco lo compré en Ikea
Y aquí ya empaquetados y listos para viajar hacia su destinataria. Me alegro mucho de que os hayan gustado a ti y ar mascarzone, querida Rossa.