viernes, 28 de mayo de 2010

Veneno llevo por dentro... y mucho despiste


Hace unos días escribí este post en un momento de arrebato y a último momento decidí no publicarlo. Pero una de dos, o el subconsciente me traicionó o lo hizo la torpeza, el caso es que en vez de pulsar "Guardar ahora" le di a "Publicar entrada" y a continuación aparecieron en mi pantalla los consabido mensajes de "Tu entrada se ha publicado correctamente" y "Ver entrada."


Rápidamente la edité y la borré, y pensé que el "daño" había sido reparado, pero Vanesa me dijo amablemente en un comentario que mi entrada le había gustado. Sudor frío, perplejidad, hasta que ella me recuerda (Oh torpe de ti, Fabi) que el Google reader no se actualiza inmediatamente y que las entradas borradas permanecen ahí unas cuantas horas antes de desaparecer.


Me sentí (y me siento) muy tonta por ello, y después del comentario de Vanesa me pregunto cuántos de vosotros habréis leído la famosa entrada y no habéis dicho nada por respeto o por no entender semejante exabrupto en un blog en el que no había publicado nunca algo tan personal.


En su momento pensé que no tenía mucho sentido publicarlo, pero ahora pienso que lo que no tiene mucho sentido es haberlo borrado cuando unas cuantas personas ya lo habrán leído y quién sabe lo que habrán pensado.


Por eso lo vuelvo a subir, porque ahora es un post que representa muchas cosas: un momento de furia que es el epílogo de años de tristezas y frustraciones, la explicación al por qué me desanimé casi nada más empezar con este blog y estuve a punto de dejarlo, y a la vez la explicación de por qué no lo he dejado. Cocinar ha sido siempre una de mis grandes pasiones, y en un momento en el que no soy capaz de apasionarme por nada que no sea mi hija, creo que la cocina en general y la repostería en particular pueden ser una manera de recuperar la calma y la ilusión por muchas cosas que sin querer había dejado de lado en los últimos años.


Copio a continuación el post, podéis leerlo y/o comentarlo si lo deseáis, o podéis ignorarlo y esperar a la semana que viene, en la que retomaré las entradas normales porque poco a poco voy a ir saliendo del letargo en el que llevo sumida los últimos meses.
Ah! La foto está tomada la semana pasada en la rosaleda del Retiro. Los que viváis en Madrid o cerca nos perdáis el espectáculo, id a verlas antes de que el sol las queme. Carpe diem.


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Hace más tiempo del que quiero recordar que ya no disfruto cocinando.
Y he tardado mucho en comprender el motivo: la alegría de preparar algo rico para comer se esfuma cuando compartes tu mesa con el enemigo.


Cuando dijiste que mi ensalada de canónigos con queso de cabra gratinado y cebolla caramelizada, que tanto habías alabado en el pasado, en realidad nunca te había gustado, empecé a desconfiar de ti.


Cuando dijiste que la comida de casa ya no te gustaba porque te habías acostumbrado a los platos de los restaurantes de lujo que visitabas en tus viajes de trabajo no me ofendí porque porque ya había empezado a darme cuenta de que tu opinión en materia gastronómica era todo menos autorizada. Y porque para entonces tu desapego hacia mí no era únicamente culinario. Era alarmantemente generalizado, por mucho que lo negaras.


Para cuando dijiste que mi risotto de nueces y vino blanco "sabía a rancio" ya sabía que no envejeceríamos juntos. Y me costó muchas lágrimas aceptarlo.


Por eso, cuando hace poco comentaste en tono despectivo que yo "sólo me dedico a hacer tartas" no me entristecí ni me importó lo más mínimo. Fue tu pobre venganza cuando ya estaba decidido que no seguiríamos compartiendo mesa. Ni cama. Ni vida. Y no me molesté en explicarte que esas tartas las hago para otras personas que con su agradecimiento y sus alabanzas me devuelven el cariño que yo pongo al hacerlas.


Me echaste un órdago y perdiste. No pensaste que te diría que sí. ¿En serio creíste que te diría "volvamos a intentarlo" como otras veces, para seguir sintiéndome desgraciada junto a alguien que no me quiere, para que criemos una hija maravillosa haciendo germinar en su ingenua cabecita la idea de que los papás y las mamás no se hablan si no es para discutir?


No, no señor. No admito parches ni componendas. Vete. Vete de aquí.


Vete y si te quedan ganas y arrestos busca por tercera vez a tu media naranja ideal aunque te lo advierto, no quedan en el mundo (no en el civilizado al menos) muchas mujeres con vocación de geisha, que estén dispuestas a complacerte sin quejarse jamás y sin pedir nada a cambio. Y desde luego ninguna te garantizará por escrito que no enfermará ni se deprimirá nunca, planteándote ese tipo de problemas para los que dices que no estabas preparado.


Vete, vete en buena hora. Y no vuelvas a entrar en mi cocina.


A partir de ahora cocino sola , bailo sola, lloro sola. Y río sola. Porque yo lo valgo, qué leches.







lunes, 24 de mayo de 2010

Santa Lucia Banana Cake





Sigo haciendo cakes del prodigioso librito "101 cakes and bakes" que cito tanto últimamente, pero es que no tiene desperdicio, creo que no voy a parar hasta que tenga hechas las 101 y aún me faltan muchas!


Este cake lo traje a la ofi junto con el de Nutella, de ahí la pésima calidad de la foto. Mientras que el cake de Nutella lo fotografié a las 12.30 de la noche, y no obstante la luz artificial quedó más lucida, la foto de este cake la tuve que hacer después de montarlo, justo antes de salir para la ofi, así que imaginad todos los factores que se aliaron en mi contra: 7:00 a.m., las primeras luces de la mañana que entraban por la ventana de la cocina reflejándose en la encimera, las prisas de empaquetarlo todo para salir pitando, cámara de fotos prehistórica pidiendo jubilación a gritos, cero talento fotográfico, etc. etc.

Espero que sirva para que os hagáis una idea del resultado, que tuvo el mismo éxito entre mis compis que el cake de Nutella.


Ingredientes del cake:


350 grs de harina
1 cucharadita de Royal
1/4 de cucharadita de las de té, de sal
1 y 1/2 cucharaditas de las de té de canela molida
1/2 cucharadita de las de té compuesta por pimienta rosa, verde y negra recién molidas, nuez moscada también recién molida, jengibre en polvo y semillas de cardamomo machacadas, en la proporción que cada uno prefiera.
(La receta original habla de dos cucharaditas de mixed spice, pero como ya he dicho en alguna ocasión soy enemiga declarada del clavo de olor, así que nunca he comprado ese mix, prefiero el mío propio)
175 grs de azúcar moscovado
3 huevos
1 yogur de limón
150ml de aceite de girasol
2 plátanos hechos puré
100 grs de piña natural cortada en trocitos muy pequeños. Si la usáis en almíbar que esté muy bien escurrida.
Zumo y ralladura de una naranja
100 grs de nueces picadas más bien gruesas
Ingredientes del relleno/glaseado:
400 grs de queso crema tipo Philadelphia
200 grs de azúcar glacé
1 cucharadita de las de té, de esencia de vainilla
Plátano caramelizado:
1 plátano cortado en rodajas
2 cucharadas soperas de mantequilla
4 cucharadas de azúcar moscovado
Preparación del cake:
Precalentar el horno a 180º y untar con mantequilla dos moldes (los míos son moldes de aluminio para pie (léase "pai" porque hablamos de pasteles y no de pinreles) de 24 cm de diámetro.
En un bol tamizar la harina con el Royal y añadir la sal, las especias, la ralladura de naranja y el azúcar. Reservar.
Exprimir la naranja y reservar el zumo.
En otro bol batir los huevos y el aceite hasta que estén perfectamente integrados. Yo empiezo por batir los huevos con varilla a base de brazo (personalmente me da flojera ensuciar el robot para esto) y añado el aceite en forma de hilo, como si estuviera preparando mahonesa. Después incorporamos, también muy lentamente, el zumo de naranja para que se integre bien sin llegar a cortar la mezcla.
Volcamos esta mezcla en el bol de los ingredientes secos y le damos dos o tres vueltas, no hay que mezclar demasiado, es como cuando estamos haciendo muffins. Por último añadimos la piña y las nueces mezclando lo justo para que se repartan bien por la masa.
Distribuimos equitativamente la masa en nuestros dos moldes previamente engrasados y horneamos cada uno por espacio de 35 minutos o como siempre, hasta que tengan un bonito color dorado y un palillo introducido en el centro salga limpio.
Preparación del relleno/glaseado:
Mezclar el queso con el azúcar y la esencia de vainilla. Refrigerar al menos media hora antes de utilizar.
Preparación del plátano caramelizado:
Se pone en una sartén la mantequilla con el azúcar a fuego moderado. Se remueve hasta que el azúcar esté completamente fundido y nos quede una cremita de color café. En ese momento apagamos el fuego, incorporamos el plátano, le damos un par de vueltas para que se empape bien del caramelo y lo dejamos enfriar mientras esperamos que se hagan los cakes.
Montaje:
Poner 3/4 partes de la crema de queso sobre uno de los cakes. Colocar el otro por encima y glasear con la crema restante. Decorar con el plátano caramelizado.

Fuente: 101 cakes and bakes, con modificaciones.




lunes, 17 de mayo de 2010

Cinnamon Nutella Cake


En cuanto uno ofrece esta tarta a sus comensales empiezan a verse ojos en blanco y a oírse un coro de “mmmmmmmmmhhhhhhhh!!!!!!” El piropo más entusiasta fue el de mi compañero de trabajo M., que en cuanto la probó me gritó de lado a lado de la ofi: “Fabi, vente a vivir conmigo!!!!!!” Y mi “primo” (Carlos Dube, tú sabes de quién hablo), al que avisé para que no se lo perdiera, probó esta tarta y otra más que traje (os dejo con la intriga, será para otro post) y me dijo “Prima, te has ganado dos besos”

Da gusto cuando las cosas salen bien y todo el mundo queda contento, es algo que me llena de satisfacción.

Siento no poner fotos del corte, cuando traigo tartas a la ofi nunca da tiempo.

Y sin más preámbulos, la receta con la que podréis conquistar las tripitas de vuestros Nutella-adictos.


Ingredientes:

175 grs de mantequilla
175 gramos de azúcar caster. Yo usé un azúcar que me vendieron como moreno y resultó ser fino como el caster y para nada moreno, más bien descolorido, así que viene a la perfección para este tipo de recetas. Para quien no lo sepa, el caster es un azúcar cuya textura está entre la del azúcar blanquilla que utilizamos habitualmente y la del azúcar glacé, es decir, ni muy gruesa ni del todo fina.
3 huevos
200 grs. de harina
1 cucharadita de Royal
2 cucharaditas de las de té, de canela molida
4 cucharadas de leche
4 cucharadas colmadas de Nutella
50 grs de avellanas picadas más bien gruesas

Preparación:

Precalentar el horno a 180º y engrasar y forrar de papel sulfurizado un molde de 24 cm de diámetro (la receta dice de 20 cm, pero estoy segura de que se hubiera desbordado. Sube bastante, aunque cuando enfría se achata bastante)

Batir la mantequilla con el azúcar hasta que esté cremosa, añadir los huevos de uno en uno batiendo bien, y después los ingredientes secos previamente tamizados alternando con la leche.

Ponemos en el molde las ¾ partes de la masa y distribuimos las cuatro cucharadas de Nutella tal cual, en forma de cuatro pegotes.

A continuación distribuimos la masa restante por encima de la Nutella cubriéndola bien. En este momento, con un palillo de comer chino (también vale un tenedor) removemos las zonas donde está la Nutella en círculos para que se mezcle bien con la masa.

Espolvoreamos las avellanas por encima y horneamos durante 40-50 minutos.

Dejamos enfriar en el molde al menos una hora.
Fuente: 101 cakes and bakes, de la serie GoodFood de la BBC

Torta caprese bianca al limoncello



Casi todos conocéis la Torta Caprese tradicional, que se prepara con chocolate de cobertura. La versión que os traigo hoy es con chocolate blanco y limoncello, probad y no os arrepentiréis.


Ingredientes:

170 grs de azúcar

200 grs de chocolate blanco

200 grs de almendra molida

150 grs de mantequilla

5 huevos

1 cucharadita de esencia de vainilla

1 chupito de limoncello

Ralladura de dos limones



Preparación:


Fundir el chocolate con la mantequilla, añadirle las yemas de una en una e ir añadiendo el resto de ingredientes incorporando por último las claras montadas a nieve dura mediante movimientos envolventes.

Hornear a 200º durante 10 minutos y a 170º durante otros 40-50 minutos.

Está decorada con cáscara de limón confitada. Para hacerla cocí unas tiritas de cáscara de limón en un almíbar 50/50 durante el mismo tiempo que estuvo la tarta en el horno. Quedaron riquísimas, lamenté no haber hecho más cantidad.

Consejo: hornear en molde de silicona o aluminio porque la masa es muy oleosa.


Fuente: Lydia Capasso, Forum de la Cucina Italiana

lunes, 10 de mayo de 2010

Tarta de manzana 3.0



Realizada siguiendo fielmente las instrucciones de "101 cakes and bakes" de la serie GoodFood de BBC Books, donde se llama "Apple and Cinnamon Cake" (Tarta de manzana y canela), yo la he rebautizado así porque de todas las tartas de manzana que he probado yo la situaría en el tercer lugar de mis preferencias. Fácil y rápida de hacer, tiene una textura y un sabor que evocan las de los dulces más tradicionales.



Ingredientes:



250 grs de harina de fuerza

1 cucharadita de canela

1 cucharadita de levadura Royal

1/4 de cucharadita de sal

100 grs de azúcar moscovado

175 grs de sultanas

125 ml de aceite de girasol

2 huevos, batidos

125 ml de zumo de manzana

2 manzanas peladas y ralladas

25 grs de almendras cortadas en palitos

Azúcar glacé para decorar



Preparación:



Precalentar el horno a 180º.

Forrar un molde de 24 cm de diámetro con papel sulfurizado untado en mantequilla.

Tamizar la harina, la levadura, la canela y la sal, y mezclar en un bol con el azúcar y las sultanas.

Hacer un hueco en el centro donde echaremos el aceite, los huevos, el zumo de manzana, los huevos y la manzana rallada, removiendo hasta que esté todo bien mezclado.


Poner la mezcla en el molde, repartir las almendras por encima y hornear durante 40-45 minutos. Dejar enfriar 5 minutos en el molde y pasarlo a una rejilla. Servir templada o fría espolvoreado con azúcar glacé.





lunes, 3 de mayo de 2010

Blondies

La versión blanca de los brownies. Sencillamente deliciosos.


Ingredientes:


200 grs de mantequilla

1 +3/4 tazas de azúcar moreno

1+1/2 cucharadita de esencia de vainilla

3 huevos

2 + 1/4 tazas de harina

1 cucharadita de levadura Royal

3/4 de cucharadita de sal

200 grs. de chocolate blanco cortado en trocitos pequeños


Preparación:

Precalentar el horno a 180º.

Batir la mantequilla con el azúcar hasta que tenga textura cremosa. Añadir los huevos uno a uno batiendo bien después de añadirlos. Incorporar los ingredientes secos previamente tamizados hasta que queden perfectamente incorporados. Por último, añadir el chocolate troceado, mezclando con delicadeza hasta que quede bien repartido.

Hornear durante 30-35 minutos. Dejar enfriar al menos una hora antes de cortar.

Fuente: Williams Sonoma, con modificaciones.