Estoy viviendo un verano en la más absoluta de las anarquías. Y me encanta! Esto de ser mi propio jefe me gusta tanto que no creo que lo vaya a cambiar nunca más en la vida.
Paso con mi hija todo el tiempo que puedo y lo estoy disfrutando muchísimo.
Casi me da cargo de conciencia decir que me voy de vacaciones, porque realmente ni siquiera siento que esté trabajando. Además de que hago lo que me gusta, el ritmo es muy lento en estos días, con los juzgados a punto de cerrar todo el mes de agosto. Pero sí, dentro de unos días me voy de vacaciones, destino Las Merindades, la tierra de la que me enamoré el año pasado, dispuesta a seguir descubriéndola y recorriéndola con mi cámara de fotos al hombro (Esta vez juro que no me la dejaré en Madrid como el año pasado!)
Mi cocina sigue echándome de menos. Entro en ella básicamente para servirme un tanque de tinto de verano 0,0% de alcohol y sin azúcar, o un bol gigante de helado 100% con todas sus calorías y guarrerías complementarias. El resto del tiempo no me apetece nada comer ni cocinar. Mantengo la báscula a raya vigilando para mantener el terreno conquistado hasta el momento (Unos 15,5 kilos) y he decidido declararme en pausa veraniega. Retomaré la dieta estricta en septiembre y presumiblemente mi cocina y mi blog seguirán en el mismo estado de semi-abandono porque, reconozcámoslo, fotografiar pollo a la plancha y ensalada puedes hacerlo una vez como cosa extravagante, pero la cosa no da para mucho más.
En estos momentos, aparte de mi trabajo y mi hija, lo que más me llena es escribir. Mi yo sardónico y canalla, al que le estoy empezando a dar rienda suelta en este otro blog, es el que lleva la voz cantante en estos momentos y yo le dejo. Me mangonea pero me encanta. Me está ayudando a sacarme de dentro años de infelicidad, de hecho cuanto más escribo más ligera me siento. Y más baja la báscula!
Así que de momento esto es todo. Regresaré en septiembre, espero que con más ganas de cocinar cosas pecaminosas y de fotografiarlas (Aunque sea para regalarlas después)
Por ahora os dejo con una receta muy sana y muy apropiada para esta época, cuanto más fresquita mejor. Es el lassi, en su versión clásica, o un poco más exótico con esta papaya que estaba espectacular.
Feliz verano a todos... Disfrutad todo lo que podáis y más... No sabemos qué nos deparará el futuro, así que saquémosle toda la chicha al presente!
Lassi clássico
Para una persona
125 ml di yogur natural
125 ml di leche entera
1 cucharadita de azúcar o de miel
Triturar todos los ingredientes. Enfriar al menos durante 10 minutos en el frigorífico antes de consumir.
Lassi de papaya
Para una persona
125 ml di yogur natural
125 ml di leche entera
La pulpa de media papaya cortada en cubitos
1 cucharadita de azúcar o de miel
Triturar todos los ingredientes. Enfriar al menos durante 10 minutos en el frigorífico antes de consumir.
3 comentarios:
Qué rico el Lassi, soy adicta, al lado de mi casa hacen uno de plátano con iogur y no sé que más...bufff¡¡¡ probaré de hacerlo de papaya. Buenas vacaciones¡
Anda!!!No conocía esta bebida de verano pero me encanta!!Que rico, que sano y que facil!!!Me la apunto y espero poder hacerla pronto!!!Un besoo
Delicioso el lassi y mejor ke eso pasar tiempo con los enanos, lo disfrutamos nootros y ellos ni te cuento...Te acabo de descubrir y me kedo por akí!
Besossss
Publicar un comentario