domingo, 27 de diciembre de 2009

Daring Bakers December 2009: Gingerbread house




The December 2009 Daring Bakers’ challenge was brought to you by Anna of Very Small Anna and Y of Lemonpi. They chose to challenge Daring Bakers’ everywhere to bake and assemble a gingerbread house from scratch. They chose recipes from Good Housekeeping and from The Great Scandinavian Baking Book as the challenge recipes.

Hola a todos,

Hoy es el último día para publicar mi post con el reto mensual de las Daring Bakers y voy muy justa de tiempo. Otro día añadiré la traducción al castellano de la receta porque merece la pena. Teniendo en cuenta la prisa y la presión con la que trabajé y que era la primera vez que hacía algo así estoy contenta de cómo quedó. Espero que os guste. Aprovecho para desearos a todos Felices Fiestas y un maravilloso 2010. Nos leemos el año que viene!


Hello everybody,

I made it! I was about to give up because the lack of time but I'm so happy I made a last minute effort. I baked my pieces yesterday evening (December 26th) and assembled the house this morning. It could have looked better, I know, but this is my first gingerbread house and I'm quite satisfied with the results.

The funny thing is that a couple of months ago I was shopping in IKEA and in the swedish grocery I saw the box with the complete kit to assemble a house, and I thought "this is the kind of thing I'll never do myself. I definitely can't."

LOL


Never say never wil be my motto from now on.


Thank you very much Anna and Y for such a beautiful challenge.


My choice was the recipe from The Great Scandinavian Baking Book, which I found to be perfect.


Ingredients:


1 cup butter, room temperature [226g]
1 cup brown sugar, well packed [220g]
2 tablespoons cinnamon
4 teaspoons ground ginger
3 teaspoons ground cloves
2 teaspoons baking soda
½ cup boiling water
5 cups all-purpose flour [875g]


Instructions:

1. In a large bowl, cream the butter and sugar until blended. Add the cinnamon, ginger and cloves. Mix the baking soda with the boiling water and add to the dough along with the flour. Mix to make a stiff dough. If necessary add more water, a tablespoon at a time. Chill 2 hours or overnight.

2. Cut patterns for the house, making patterns for the roof, front walls, gabled walls, chimney and door out of cardboard.


3. Roll the dough out on a large, ungreased baking sheet and place the patterns on the dough. Mark off the various pieces with a knife, but leave the pieces in place.

4. [I rolled out the dough on a floured bench, roughly 1/8 inch thick (which allows for fact that the dough puffs a little when baked), cut required shapes and transferred these to the baking sheet. Any scraps I saved and rerolled at the end.]



5. Preheat the oven to 375'F (190'C). Bake for 12 to 15 minutes until the cookie dough feels firm. After baking, again place the pattern on top of the gingerbread and trim the shapes, cutting the edges with a straight-edged knife. Leave to cool on the baking sheet.







Royal Icing:

1 large egg white
3 cups (330g) powdered sugar
1 teaspoon white vinegar
1 teaspoon almond extract

Beat all ingredients until smooth, adding the powdered sugar gradually to get the desired consistency. Pipe on pieces and allow to dry before assembling. If you aren't using it all at once you can keep it in a small bowl, loosely covered with a damp towel for a few hours until ready to use. You may have to beat it slightly to get it an even consistency if the top sets up a bit. Piped on the house, this will set up hard over time.



Merry Christmas and a Very Happy New Year for everybody!

lunes, 21 de diciembre de 2009

Mojito chocolate squares


Con permiso de Marilyn de “My cuban traumas”, he tuneado sus Mojito cookies para transformarlas en cuadritos (como siempre, las prisas y las galletas no son compatibles) y le he añadido un glaseado de chocolate para darle un aire de after-eight. El resultado son unos pastelitos rapidísimos de hacer… y muy adictivos.

La receta original la podéis ver aquí

Ingredientes:

3 tazas de harina

¾ de cucharadita de levadura Royal

¼ cucharadita de sal

250 grs. de mantequilla, a temperatura ambiente

1 taza de azúcar

1 huevo

1 cucharada sopera de leche

¾ de sobre de gelatina de limón

1 cucharada sopera de pippermint

1 cucharada sopera de ron

Para el glaseado:

4 cucharadas soperas de azúcar glacé
1 cucharada sopera de cacao amargo
1 cucharada sopera de ron
Agua para diluir

Preparación:

Tamizar la harina junto con la levadura Royal y la sal. Reservar.
En un bol, mezclar la mantequilla con el azúcar.Agregar el huevo y la leche.Añadir la harina, poco a poco, mezclando constante pero suavemente.Agregar ¾ del sobre de gelatina de limón, el pippermint y el ron. Mezclar bien.Extender la masa con espátula en un molde rectangular (el que usé tiene 30 de fondo por 40 de ancho aprox.) forrado con papel vegetal
Tiempo necesario: 8-10 minutos a 180º, o hasta que los bordes se doren muy ligeramente. Cortar mientras aún están tibios. Ojo a no sobrepasar el tiempo de horno, al cortarlos están muy blanditos pero al enfriarse se endurecen un poco.

Inmediatamente después de cortarlos los pincelamos generosamente con el glaseado. Para hacerlo mezclar el azúcar con el cacao y el ron, y añadir agua en forma de hilo hasta que tenga consistencia de líquido espeso.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Cake salado de queso azul con peras y nueces





Esta receta la he copiado de Zerogluten, blog interesantísimo por partida doble, porque comparte sus exquisitos y vistosos manjares con todos nosotros y porque es una guía de consulta y aprendizaje para quien tiene que vérselas con las dificultades que plantea comprar y cocinar sin gluten. La vida del celiaco es muy difícil gastronómicamente hablando, los productos disponibles para ellos son pocos y hay que saber encontrarlos, pero es más fácil si alguien como María Luisa te guía con su experiencia y su saber hacer.

Aprovecho para pedir perdón a María Luisa por haber tuneado su receta hasta dejarla casi irreconocible, pero hija mía yo practico la cocina de nevera, tu cake se me antojó y lo hice… pues eso, con lo que tenía en la nevera.

Seguro que el tuyo estaba mucho mejor María Luisa, pero éste, modestia aparte, no quedó nada mal.

Podéis ver el original aquí

Ingredientes:
180 grs de harina Mix Pane de Schar (yo harina de trigo)
8 grs. de levadura Hacendado sin gluten (yo medio sobre de levadura Royal)
3 huevos 100 grs de queso gruyere rallado (yo Emmental)
½ vaso de aceite de girasol
4 cucharadas de aceite de nuez (no tenía, le eché un poquito más de oliva)
½ vaso de leche, a ser posible entera y fresca (yo nata, tenía que aprovechar un resto)
150 grs de Stilton (yo queso azul asturiano)
2 peras ercolinas (yo medio bote de peras en conserva)
50 grs de nueces
Sal y pimienta.


Preparación:
Precalentar el horno a 180º.
Batir los huevos enteros, el aceite (en caso de no tener aceite de nuez, no pondríamos ninguno, que tampoco pasa nada) y la nata. Salpimentar y añadir la harina mezclando bien para que no queden grumosAñadir el Emmental rallado, el queso azul cortado en trozos pequeños y las nueces picadas. Hornear en molde de cake previamente engrasado y enharinado durante 40 minutos. María Luisa recomienda 20 minutos con calor abajo ventilado y luego 20 minutos con calor solo abajo.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Red velvet cubo de palomitas



Esta es la tarta que le he hecho a mi amiga Nuria por su cumple. Es una red velvet pero en lugar de hacerla redonda como es tradicional se me ocurrió darle una forma un poco más original.


La receta, para no variar, la saqué de la página de Stephanie Jaworski, la podéis ver aquí


Ingredientes para la masa:



2 tazas y ½ de harina de repostería

½ cucharadita de sal

2 cucharadas soperas de cacao amargo (yo usé Valor sin azúcar)

113 gramos de mantequilla (yo 125)

1 taza y ½ de azúcar blanquilla

2 huevos

1 cucharadita de extracto de vainilla

1 taza de buttermilk (yo corté la leche con vinagre)

2 cucharadas soperas de colorante rojo (yo 40 gotas de Mc Cormick)

1 cucharadita de vinagre de vino blanco (yo de Cava)

1 cucharadita de bicarbonato



Ingredientes para la cobertura de queso:

1 taza y media de nata para montar

1 tarrina de Philadelphia

1 tarrina de 250 grs. de mascarpone

1 cucharadita de extracto de vainilla

1 taza (115 grs.) de azúcar glace


Preparación:

Batir la mantequilla en pomada con el azúcar. Añadir los huevos, batiendo bien después de cada uno, y después la esencia, el colorante y el vinagre. Incorporar la harina y demás ingredientes secos alternando con la buttermilk (leche cortada en mi caso)
Hornear a 180º durante 30 minutos aprox.

Para la cobertura monté la nata en robot con el accesorio de varillas, después le añadí los quesos, seguí batiendo y añadí el azúcar al final. La dejé reposar 4 horas antes de utilizarla.

Después corté la tarta siguiendo un patrón en papel que copié de este libro:


Lo compré junto con otros tres igualmente maravillosos con un montón de recetas que estoy deseando poner en práctica.

Sobre la cobertura espolvoreé coco rallado y decoré con regaliz rojo y palomitas.

Fue un éxito, la red velvet es deliciosa, pienso repetir. Tiene un sabor que sorprende porque al verla roja todo el mundo piensa que es de fresa o frambuesa, en cambio tiene un sabor peculiar, con un toque delicado a cacao y un no se qué chispeante que probablemente se deba al vinagre y al bicarbonato. Por no hablar de la textura que es super cremosa, probad y me daréis la razón.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Cannoli siciliani

The November 2009 Daring Bakers Challenge was chosen and hosted by Lisa Michele of Parsley, Sage, Desserts and Line Drives. She chose the Italian Pastry, Cannolo (Cannoli is plural), using the cookbooks Lidia’s Italian-American Kitchen by Lidia Matticchio Bastianich and The Sopranos Family Cookbook by Allen Rucker; recipes by Michelle Scicolone, as ingredient/direction guides. She added her own modifications/changes, so the recipe is not 100% verbatim from either book.

La receta de las Daring Bakers de este mes me ha encantado. Adoro la repostería italiana, y aunque no soy muy de fritos les tenía ganas a los cannoli. Es un dulce de sabor especiado pero a la vez sutil y admite todos los rellenos que la fantasía nos sugiera, dulces o salados. Si los queremos hacer salados basta eliminar de la masa el azúcar y el cacao. Yo opté por la versión clásica, la dulce, y elegí dos rellenos muy simples: dulce de leche y mascarpone con piña. Estaban tan buenos que casi no me dio tiempo a hacer fotos antes de que desaparecieran de la mesa. Os los aconsejo porque son muy fáciles de hacer y si no tenéis canutillos podéis recurrir como ha hecho Francijn a palitos de madera pulcramente cortados y lijados a partir de un mango de escoba (por supuesto nueva je je je!) Y si queréis algo aún más fácil también se pueden hacer cannoli planos, sin enrollar, y montarlos a modo de milhoja. Os dejo con la receta y las fotos, que son pésimas porque la cámara no es muy buena y la fotógrafa es aún peor, pero de momento es lo que hay.

Ingredientes:

2 tazas de harina
2 cucharadas soperas de azúcar
1 cucharadita de las de té, de cacao amargo
½ cucharadita de las de té, de canela en polvo
½ cucharadita de las de té, de sal
3 cucharadas soperas de aceite vegetal (yo usé de girasol)
1 cucharadita de las de té, de vinagre de vino blanco (yo usé vinagre de Cava)
½ taza de Marsala (yo usé Pedro Ximénez)
1 clara de huevo
Aceite vegetal (yo usé de girasol) para freír

Utensilios necesarios: rodillo de amasar, canutillos de hojalata

Preparación:

Yo hice la masa la víspera y funcionó genial porque con varias horas de reposo el gluten se relaja y es mucho más fácil estirarla todo lo fina que requiere la preparación.

1. Se ponen en el procesador la harina, el azúcar, el cacao, la canela y la sal. Se le dan dos o tres vueltas para que se mezcle todo. Se añade el aceite, el vinagre, y suficiente cantidad de vino como para que salga una masa elástica. A mí con media taza de Pedro Ximénez me quedó una masa durísima pero no me atreví a echarle más vino, así que le añadí un poquito de leche hasta que conseguí la textura que me pareció ideal.
Una vez que tenemos la masa hecha la sacamos del procesador, la hacemos una bola y sobre la superficie de trabajo ligeramente enharinada la amasamos durante unos dos minutos hasta que esté perfectamente mezclada. La cubrimos con film y la dejamos reposar, como mínimo dos horas, o toda la noche como hice yo.





2. Cortar la masa en dos trozos y reservar uno en el frigorífico mientras trabajamos. Extender la masa con rodillo sobre la superficie de trabajo enharinada. Debe quedar muy fina, la receta dice que como el papel, yo no llegué a tanto pero la dejé como de 3-4 mm de espesor y funcionó bien.
Cortar en círculos proporcionados a los moldes que vamos a usar, yo compré canutillos de 8 cm y corté círculos de 10 cm que después estiré aún más con el rodillo para que tomaran forma de elipse, así no sobresalen del molde, cosa muy importante si queremos extraer la fritura sin dificultad.

3. Untar de aceite los canutillos, enrollar alrededor nuestras elipses y sellarlas con clara de huevo ligeramente batida. Es importante que la clara no toque el molde para que el cannolo no se pegue y se rompa al sacarlo. Una vez sellados los cannoli dejamos que la clara se seque un poco antes de freír.




4. Freímos en freidora o en una sartén muy honda, se necesita bastante cantidad de aceite para trabajar con comodidad. El aceite debe estar muy caliente, la receta dice 190º, o en su defecto probamos con un trocito de pan que se debe dorar en un minuto. Más frío que eso se nos chafan los cannoli, y más caliente se nos churruscan, a mí me ocurrió esto con los dos primeros, se me carbonizaron!
Si la temperatura es la adecuada, en un minuto estarán hechos. Tenemos que ir girándolos con cuidado (yo utilicé para ello la espumadera) para que se hagan por igual y no se vayan al fondo del recipiente.

Cuando están dorados los sacamos con cuidado utilizando la espumadera y los ponemos sobre papel de cocina a escurrir. Si los hacéis veréis que es sorprendente que un dulce frito como éste después no lo parezca, en serio que no queda para nada grasiento. Yo creo que el secreto es el alcohol que contiene la masa y el poco tiempo que la fritura pasa dentro del aceite.





5. Ahora viene el momento que yo tanto temía, el de sacar cada cannolo de su canutillo. Yo pensé que se romperían con facilidad y no fue así en absoluto, se separan en un abrir y cerrar de ojos. En la receta original aconsejan coger un paño o una manopla para sostener el canutillo sin quemarnos pero yo no me apañaba así, lo hice a pelo y tampoco queman tanto si uno es lo suficientemente rápido. Los dejamos reposar nuevamente sobre papel de cocina hasta que se enfríen completamente y ya estarán listos para rellenar.





6. El relleno: La mitad de los cannoli los rellené de dulce de leche y los espolvoreé con azúcar glacé.


La otra mitad los rellené de mascarpone con azúcar glacé y piña desecada. A estos les “pringué” los bordes con un poco de granillo de colores.




Consejo: rellenadlos justo antes de servirlos, si lo hacéis con demasiada antelación se ablandan.

Hacedlos, en serio, quedan buenísimos. Yo voy a repetir seguro.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Thanksgiving Pumpkin pie - Pastel de calabaza de Acción de Gracias




Un poco de historia resumida (o no tanto):

Noviembre de 1620. Unos 100 peregrinos procedentes de Inglaterra, después de una accidentada travesía en el May flower, llegan a las costas de Massachussets y allí se establecen. Fundan la colonia de Plymouth, primer asentamiento permanente de lo que sería Nueva Inglaterra.
Los peregrinos salen de Inglaterra por su desacuerdo con la relajación en las costumbres que la vida licenciosa de Enrique VIII introdujo y con la religión que éste se inventó a su medida (la anglicana) para aglutinar en su persona el poder político y el religioso, lo que le permitió, entre otras cosas, hacer y deshacer matrimonios a su conveniencia, que es la faceta más conocida de este monarca aunque no la única ni mucho menos la más destacable desde el punto de vista político.

Con una visión muy rígida de la moral y las costumbres, incluso más severa que la calvinista, los peregrinos buscan un lugar donde vivir de acuerdo con sus convicciones. Lo que encuentran al llegar es un invierno desolador, que junto con el hambre y las enfermedades les diezma haciendo que no sobrevivan más que la mitad del centenar que abandonó Inglaterra en busca de una nueva vida en una nueva tierra.

Los que sobrevivieron lo hicieron gracias a la valiosa ayuda de los indios wampanoag, con cuyo jefe, Massassoit, firmaron un acuerdo de paz.

Al año siguiente, ya establecidos y con su primera cosecha recogida, decidieron compartir sus excedentes con los wampanoag, dando lugar a lo que después sería el día de Acción de Gracias, oficializado en 1789 por el primer presidente de los Estados Unidos, George Washington.

Poco duraría ese inicial espíritu de colaboración y pacífica convivencia. Todos sabemos lo que sucedió después, cuando esa inmensa y rica tierra fue objeto de la codicia desmedida y de la crueldad despiadada de las grandes potencias.

Sospecho que los indígenas, auténticos dueños de esa tierra, despojados de ella, perseguidos, torturados y exterminados sistemáticamente, discriminados y condenados a vivir en reductos llamados “reservas” no viven ni sienten esta celebración de la misma manera.

Lo que vemos por televisión es la cara amable de esa fiesta: el desfile de Macy’s en Nueva York, los dulces, la comida familiar (pavo asado con su relleno de castañas, pan y salvia, salsa de arándanos, pastel de calabaza o de manzana…) a la que todos asisten como hacemos nosotros en Navidad, y por supuesto las compras. De hecho en USA el día de acción de gracias es el cuarto jueves de noviembre, y el viernes siguiente lo llaman el “viernes negro.” Y no por motivos macabros, sino porque es día de rebajas, con lo que los números rojos de las tiendas se convierten en números negros, es decir, consiguen unos estupendos ingresos extra.

En cambio los canadienses celebran este día el segundo lunes de octubre. Dicen que al estar más al Norte la cosecha llega antes y por eso se adelanta la celebración. Los canadienses, además, sitúan el origen de su fiesta en 1578, cuando un explorador inglés llamado Martin Forbisher llegó a Terranova y quiso dar las gracias por haber llegado sano y salvo. Sospecho que la rivalidad entre estadounidenses y canadienses por adjudicarse la “autoría” de la fiesta no acabará jamás.

Un apunte de historia familiar:

Cuando hice el pastel que veis en la foto yo estaba a punto de dar a luz a mi hija, me faltaban diez días para salir de cuentas. De hecho Acción de Gracias en 2007 fue el 22 de noviembre, y ese mismo día fue cuando ingresé en Maternidad, aunque ella no nació hasta pasada la medianoche, por tanto ya el día 23 de noviembre. Recuerdo que mientras preparaba este pastel daba interiormente las gracias una y otra vez por ella, porque fue una niña muy deseada que llegó después de años de lucha y sufrimiento, y llegó justo cuando yo ya había tirado la toalla y pensaba que ya no tendría hijos. Ahora veo esa foto y sé que el pastel tenía muchos defectos pero mi hija… ella sí que me salió perfecta! Puede que Acción de Gracias se mantenga sólo como otro invento comercial para hacer que la gente se gaste el dinero, pero a veces pienso que es bueno detenerse de vez en cuando, mirar lo que tenemos… y dar las gracias. Yo me quejo mucho (todos tenemos problemas) pero tengo muchos motivos para dar gracias, y quisiera invitaros también a vosotros a reflexionar un momento, sobre todo cuando estáis estresados y agobiados por los mil problemas del día a día. Parad un rato, respirad hondo y recordad lo bueno que os rodea. Es reconfortante.

Y ahora la receta, os la merecéis si habéis sido capaces de leer semejante parrafada (y si no también)


PASTEL DE CALABAZA

Pâte brisée:

1 taza + ¼ de harina de repostería
½ cucharadita de sal
1 cucharada sopera de azúcar
125 grs. de mantequilla muy fría cortada en cubitos
Entre 30 y 60 ml. de agua helada

Relleno de calabaza:

3 huevos
2 tazas de puré de calabaza
½ taza de nata, ya sea para montar o para cocinar, muy espesa (recomiendo la refrigerada de Mercadona)
½ taza de azúcar moreno
1 cucharadita de canela
1 pedacito de jengibre fresco rallado (yo lo compro fresco, lo rallo y lo congelo en paquetitos, así se mantiene intacto el aroma, lo prefiero al jengibre en polvo)
2-3 clavos de olor
1/2 cucharadita de sal

Preparación:

Precalentar el horno a 180º y engrasar un molde desmontable de 26cm de diámetro.

-Pâte Brisée

Poner en el procesador la harina, la sal y el azúcar y pulsar dos o tres veces hasta que se mezclen.

Añadir la mantequilla y batir 10-15 segundos hasta que la mezcla se asemeje a migas.

Incorporar con mucha prudencia 30 ml de agua en forma de hilo (según el clima en el que trabajemos, la marca y la calidad, la molienda y algún que otro factor, la harina absorberá más o menos líquido) sólo hasta que la masa esté uniforme y mantenga cuerpo si la pellizcamos. Si fuera necesario, añadir un poquito más de agua.

Sacar la masa del procesador y formar con ella rápidamente una bola que dejaremos reposar en la nevera 30 minutos envuelta en film de cocina.

Cuando hayan pasado los 30 minutos, espolvorear con harina la superficie de trabajo, depositamos en ella la masa y la estiramos con rodillo hasta unos 33 cm de diámetro.

Doblar la masa en cuatro para que no se rompa al trasladarla al molde que previamente habremos untado en mantequilla. Guardar los trocitos que nos sobren al nivelar el molde para hacer alguna figura decorativa que colocaremos encima del relleno. Lo típico son las hojas de arce pero yo no tenía cortadores de hojas en ese momento… y a decir verdad sigo sin tenerlos.
Refrigerar nuevamente la masa por unos 30 minutos antes de cubrirla con el relleno.

-Relleno

Batir los huevos, añadir el resto de ingredientes y batir un poco más (mejor a mano con varillas para no licuar demasiado el relleno) Si hemos preparado figuritas decorativas las colocamos encima. Antes de meter el pastel en el horno yo suelo envolver la mitad inferior del molde en papel aluminio, esto evita que el horno se ponga perdido con posibles goteos del relleno. Así limpiamos menos y nos evitamos la humareda del relleno que se quema, que incluso puede alterar el sabor y el aroma del pastel.

Estará listo en unos 30 minutos, o en su defecto cuando el relleno esté casi firme, o cuando los bordes de la masa estén tostaditos.

Se puede servir con nata montada endulzada con sirope de arce. Yo soy extra-golosa y a mí me resultó muy empalagosa, prefiero el pastel tal cual.

Errores que cometí:

1. Por pereza de utilizar el horno grande horneé el pastel en un mini horno, y esto puede causar el problema que se ve claramente en la foto: el calor que irradia en la parte superior es excesivo y los bordes del pastel se rompen y se queman antes de que al resto del pastel le dé tiempo a hacerse. Cuando me di cuenta los cubrí con papel aluminio pero el daño ya estaba hecho. Desde entonces utilizo muy poco el horno pequeño para tartas y pasteles, y si lo hago estoy más atenta a los bordes.


2. Nunca, nunca más en la vida volveré a incluir el clavo de olor en una receta. En esta ocasión por ser la primera vez quise respetar el original y lo usé a pesar de que es una especia que odio (probablemente la única), confiando en que su sabor y olor no se harían sentir por encima de las otras especias que me gustan tanto, canela y jengibre. Craso error. El clavo se apoderó del pastel y para mi gusto lo estropeó. Lo cuento por si me lee algún otro “clavofóbico.”

martes, 24 de noviembre de 2009

Tarta de luna


Esta es la tarta de cumpleaños que hice para mi hija, que ayer cumplió dos años pero al caer en lunes adelantamos la celebración al domingo.
No me quedó tan bonita ni tan perfecta como esperaba pero los comensales quedaron satisfechos y la protagonista de la fiesta se lo pasó en grande, que es lo importante.
No os voy a aburrir con una receta archiconocida como es la del clásico bizcocho de yogur que sirvió tanto para la base como para la luna, sólo os describiré brevemente cómo hice cada parte:
Para el cielo mojé el bizcocho, que perfumé con extracto de vainilla, en almíbar de cacao.



El relleno: dulce de leche. La cobertura es de mantequilla (con azúcar glacé en proporción 2/1)teñida con colorante azul Mc Cormick.
Lo rematé con azúcar blanquilla teñida con el mismo colorante para reforzar el azul.





La luna está hecha con el mismo bizcocho pero perfumando con esencia de naranja, no lo mojé en almíbar porque me daba miedo que me estropeara la tarta base. Ésta la rellené con Nutella y lo cubrí por el mismo procedimiento que el otro: cobertura de mantequilla y azúcar blanquilla, ambas teñidas de amarillo.



Las estrellitas para las velas las hice con recortes de la luna usando un cortapastas.

El ojo y la boca de la luna los hice con trocitos de regaliz negro.

La idea de la tarta la saqué de este maravilloso libro:



Y todo esto por no haberme atrevido aún con el fondant. Es el reto que me impongo a mí misma de aquí al próximo cumpleaños de mi hija.

Feliz semana a todos!

:-)

viernes, 20 de noviembre de 2009

Pandoro a las tres cremas


Sigo con mis recetas para las fiestas, y es que la Navidad está ya a la vuelta de la esquina!

Este fue el postre que preparé para la cena familiar de Nochevieja hace nada menos que cuatro años. Me ayudó a prepararla mi sobrino, que por aquel entonces tenía 6 años e iba a clases de cocina infantil. Le puse un gorro y un delantal y pasamos una tarde de lo más entretenida.

Las raciones que salen son espectaculares, no tengo fotos del corte pero os podéis hacer una idea, si quieres pillar un poco de cada crema los trozos salen como rodajas de melón. Todo el mundo decía “Qué exagerada, hay que ver cuánto me has puesto.” Pero al final nadie dejó ni una miga en el plato…

La receta original la encontré en una revista italiana, “Cucina Moderna”, en realidad era para panettone pero a mí personalmente me gusta más el pandoro y por eso elegí este dulce.

Diferencias con el panettone por si alguien no las conoce:

El panettone es de forma redonda, tiene un corte en cruz en la parte superior y contiene uvas pasas y fruta escarchada. Procede de Milán y hay muchas leyendas en torno a su origen: Hay quien habla de una ceremonia ancestral que cada padre de familia celebraba con el pan en Navidad junto al fuego del hogar, o de una historia de amor entre un cetrero y la hija de un panadero, aunque parece que la versión más o menos cierta es que un panadero de nombre Toni quemó un día el pan y para salvarlo lo mezcló con huevos, azúcar, especias, cidra confitada y uva pasa y obtuvo tal éxito que el dulce se convirtió en imprescindible para los milaneses y se hizo tradición. De ahí probablemente el nombre, “pan de Toni”, que derivó en “panettone.”

En cuanto al pandoro, tiene forma de estrella y no contiene fruta escarchada ni pasas, y está perfumando con vainilla. Algunos sitúan su origen en la época de auge de los Habsburgo en Austria, concretamente en el “pan de Viena”, cuyo origen a su vez sería el brioche francés. Otras fuentes recuerdan la costumbre veneciana de la época renacentista de ofrecer a los invitados alimentos cubiertos por finísimas láminas de oro, por lo tanto “pan de oro” en dialecto véneto se transformó rápidamente en “pandoro.” El origen más reciente estaría en el siglo XIX, fecha en la que se preparaba en Verona el “nadalin”, un dulce navideño con forma de estrella cuyo color dorado se debía al huevo contenido en la masa. En esa época al parecer había en la ciudad de Verona bastantes pasteleros austríacos, por lo que no es disparatado pensar que el nadalin tenga mucho de brioche y de pan de Viena.
No sé si alguno de los que me leéis ha estado alguna vez en Verona. Yo estuve hace 15 años en plena temporada de ópera, y tuve la suerte de ver en la “Arena di Verona” (circo romano perfectamente conservado que entre otros espectáculos ofrece la temporada anual de ópera a la que acuden miles de turistas y nativos cada año) varias óperas y operetas. Y tuve la inmensa suerte de poder degustar las maravillas de sus pastelerías, entrar en ellas significa gozar y sufrir a partes iguales. No imagináis las maravillas que preparan. Y la pena es que no tengo fotos ni recuerdo nombres de esos lugares de perdición.

En fin, a lo que vamos. Aquí la receta, más simple imposible.



Ingredientes:

Un pandoro grande

Para la crema de chocolate:

1 tableta de chocolate Nestlé postres
2-3 cucharadas soperas de dulce de leche


Para la crema de queso con chocolate blanco:

1 tarrina de Philadelphia de 250 grs.
1 tableta de chocolate blanco de 75 grs.


Para la crema de pistachos y miel:

150 grs de pistachos pelados y sin sal

1 taza de miel


Preparación:

Cortar en 4 partes lo más iguales posible el pandoro.

Rellenar con las cremas que hemos preparado de la siguiente manera:

La de chocolate, fundiendo éste en el micro a 650 W y mezclándolo después con el dulce de leche usando unas varillas pequeñas.

La de queso, batiendo éste con el chocolate blanco que habremos fundido en el micro a 500 W con muuuuuuuuuucho cuidado de que no se nos queme.

La de pistacho, moliendo éstos muy finos en el procesador que utilicéis y añadiéndole la miel lo más licuada posible batiendo hasta que esté todo perfectamente ligado. Si la miel está espesa ya sabéis, micro durante 3-5 segundos o baño maría y resuelto.

En la receta original remataban la “construcción” con un crujiente de caramelo casero. Yo opté por utilizar el azúcar glacé que venía con el propio pandoro y una guinda escarchada.

Con esto os dejo y os deseo un estupendo fin de semana que pienso pasar cocinando y comiendo sin parar: el sábado celebra su cumple de una de mis mejores amigas y yo me encargo de la tarta, y el domingo celebro el cumple de mi peque (dos añazos!) y espero que las tartas que he pensado me salgan bien. Sea como sea prometo fotos.

Sed felices!

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Penne rigate con crema de tomate y calabaza, jamón serrano y espárragos trigueros




Otra de mis típicas recetas de “cocina de nevera.”

Ingredientes para 4 personas:

500 grs. de penne rigate
300 ml de tomate pelado y triturado
1 taza de calabaza cocida y triturada
100 ml de nata
AOVE
Dos dientes de ajo
Sal
Albahaca fresca
Jamón serrano cortado en tapas muy finas
Puntas de espárragos trigueros


Preparación:


Mientras cocemos la pasta al dente en abundante agua y sal preparamos la salsa sofriendo en AOVE los dos dientes de ajo hasta que estén bien dorados. Se añade el tomate y la albahaca y se deja reducir un poco. A continuación incorporamos la calabaza y la nata, mezclamos bien y seguimos dejando que reduzca, no demasiado tiempo, sólo hasta que esté todo bien ligado.

Hacemos los espárragos trigueros a la plancha con poco AOVE y cortamos las puntas. El resto lo podemos usar para una lasaña vegetal, un arroz con verduritas, una ensalada, etc.

Emplatar aderezando con la salsa en el centro, sin mezclar, y rematar con un círculo de tapitas de jamón y en el centro los espárragos con una pizca de sal en escamas.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Pan de higos




Llevaba días pensando en empezar a publicar recetas para las fiestas, tenía pensado empezar por ésta y mira por dónde Morenisa se me adelanta y cuelga esta maravilla en su blog la semana pasada. Espero que no le importe que yo me copie sólo unos días después.

Yo hice una versión muy sencilla y rápida de Karlos Arguiñano, podéis ver el original aquí. Le quité el anís porque no lo soporto en ninguna de sus formas, pero a quien le guste puede añadírselo.

No sé si la haré este año, me da miedo empezar con los dulces navideños porque después no paro, intentaré conformarme con la foto, que es de hace 3 años nada menos.


Ingredientes:

500 gr. de higos secos

50 gr. de nueces

100 gr. de almendras

100 gr. de harina

5 cucharadas de leche

Dátiles y fruta escarchada para decorar




Preparación:

Trocear los higos secos, picar las almendras muy finas y mezclar todo con la harina en un recipiente.

Trocear las nueces, unirlas al resto de ingredientes y añadir la leche.

Una vez mezclado, extender en un molde untado con mantequilla, cubrirlo con papel aluminio también untado en mantequilla y cocer a horno suave durante 25-30 minutos . Dejar templar antes de desmoldar. Poner en moldes de papel y decorar con dátiles y fruta escarchada.
Buen fin de semana a todos!

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Muffins de zanahoria



Sigo tirando de recetas de fondo de armario, pero contenta porque empieza a caberme ropa que no me podía poner desde hace meses… a ver si tengo constancia par seguir hasta que me pueda poner la que no me cabe desde hace años!
Para alegrarme y alegraros la vista os dejo aquí unos riquísimos muffins de zanahoria.

Receta original de Stephanie Jaworski aquí


Ingredientes:

½ taza de nueces picadas
2 tazas de zanahoria rallada
1 manzana grande rallada
2 tazas de harina de repostería
1 taza + ¼ de azúcar moreno
¾ de cucharadita de bicarbonato
1 cucharadita y media de levadura Royal
½ cucharadita de sal
1 cucharadita y media de canela
1 taza de coco rallado
3 huevos
¾ de taza de aceite de girasol
1 cucharadita y media de extracto de vainilla


Preparación:

Precalentar el horno a 180ºC

Mezclar en un bol grande la harina pasada por el tamiz, el azúcar, la levadura, el bicarbonato, la sal, la canela, las nueces y el coco rallado.

En otro bol batir los huevos con el aceite y el extracto de vainilla. Añadir de un golpe los ingredientes secos y mezclar suavemente, lo justo para que la masa se una. Por último incorporar la zanahoria y la manzana rallada y mezclar lo justo para que se repartan bien dentro de la masa.

Hornear durante 20-25 minutos.

Se pueden tomar solos o con un frosting de crema de queso como el que propone Stephanie Jaworski (el típico de los cupcakes) Yo hice un glaseado ligero con una cucharada de zumo de naranja y dos de azúcar glacé, y le añadí un par de gotas de colorante líquido Wilton de color rojo.
Quedan muy esponjosos, tanto que fijaos en la foto lo que me pasó: no me di cuenta y uno se me dio la vuelta en la rejilla donde los puse a enfriar y quedó con una hendidura en medio.
:-)

viernes, 30 de octubre de 2009

Cream cheese brownies


Sigo recurriendo al "baúl de los recuerdos." En tiempos de dieta nada mejor como tener buenos recuerdos reposteros... y fotos que dan fe de que no fueron un sueño!

:-)

Receta más fácil imposible y con resultados garantizados. Hasta ahora siempre he hecho la receta doble y nunca sobran. Para mi gusto están ideales al día siguiente de hacerlos. Con esta receta os deseo a todos un dulce y feliz fin de semana.

Receta original de Stephanie Jaworski aquí


Ingredientes:

Masa de brownie:

125 grs. de mantequilla cortada en cubitos
125 grs. de chocolate Nestlé postres
250 grs. de azúcar blanquilla
1 cucharadita de extracto de vainilla
2 huevos
½ taza de harina de repostería
1 pizca de sal

Crema de queso:

1 tarrina de 225 grs de Philadelphia
65 grs. de azúcar blanquilla
1 cucharadita de extracto de vainilla
1 huevo


Preparación:

Precalentar el horno a 160º y engrasar un molde de 23 x 23 aprox.

Fundir el chocolate en el microondas a 650W durante 2 minutos aprox.

Sacar del microondas, añadir la mantequilla cortada en cubitos, mezclar bien hasta que se disuelva e incorporar el azúcar y el extracto de vainilla.

Añadir los huevos de uno en uno, batiendo bien cada vez.

Echar de un golpe la harina y mezclar al resto con movimientos envolventes hasta que la mezcla esté suave y brillante y se desprenda del bol.

Retirar media taza de la mezcla y reservar. Poner el resto de la masa en el molde preparado.

Batir (en procesadora, tm, minipimer o a mano) el queso Philadelphia hasta que esté cremoso.

Añadir el azúcar, la vainilla, el huevo y seguir batiendo hasta que la mezcla esté cremosa y suave.

Cubrir con esta mezcla la masa de brownie, y después echarle por encima trozos de la masa que hemos reservado, extendiéndola toscamente con un tenedor como para crear vetas, poniendo cuidado de no perforar con el tenedor la primera capa de masa de brownie.

Hornear durante unos 25 minutos, o hasta que la masa comience a despegarse del borde.

Enfriar sobre rejilla, y servir cortado en cuadritos.

martes, 27 de octubre de 2009

Daring Bakers octubre 2009: Macarons






The 2009 October Daring Bakers’ challenge was brought to us by Ami S. She chose macarons from Claudia Fleming’s The Last Course: The Desserts of Gramercy Tavern as the challenge recipe.

DARING BAKERS OCTUBRE 2009: Macarons franceses

Llevo varios años suspirando por hacer macarons en casa, muchas veces compré los ingredientes (básicamente la harina de almendras) pero siempre terminaba utilizándola para otros fines: o un gateau de peras y chocolate, o unos rusos con crema pastelera… después se estrenó la película María Antonieta de Sofia Coppola, que entre otras cosas es una exaltación cromática de la pastelería de la época (no entro en la crítica de la película en sí pero el tratamiento del vestuario, de la paisajística y la repostería me conquistó) y yo seguía diciendo “el día menos pensado…”

Pues bien, el día llegó gracias a Ami S., el resultado podía haber sido mucho mejor pero también mucho peor. La textura y el sabor eran maravillosos, y el aspecto es mejorable con un par de detalles que se me ocurrieron a posteriori.

La receta en sí es fácil, pero más que la receta en sí me ayudaron todos los trucos que encontré investigando durante meses en la época en que me obsesioné con ellos, los pondré al final por si os son de utilidad.

Ingredientes:

2 tazas y ¼ de azúcar glacé
2 tazas de harina de almendra
2 cucharadas soperas de azúcar blanquilla
5 claras de huevo a temperatura ambiente, previamente “envejecidas”

Preparación:

1. Precalentar el horno a 93°C. Mezclar el azúcar glacé con la harina de almendras en un bol mediano.

2. Batir a nieve dura las claras de huevo. Añadir el azúcar blaquilla y continuar batiendo hasta que la mezcla forme picos consistentes si la levantamos con un tenedor.

3. Añadir por tercios la mezcla de azúcar glacé y harina de almendras. Es el momento de añadir sabor o color si así se desea.

4. Con la manga pastelera depositamos bolitas de masa de unos 2,5 cm en la bandeja de hornear (yo no tengo silpat, uso siempre papel vegetal)

5. Hornear durante 5 minutos. Sacar del horno y elevar hasta 190ºC la temperatura del horno. Volver a hornear los macarons 7-8 minutos a esta temperatura o hasta que estén ligeramente dorados por los bordes.

6. Enfriar sobre rejilla antes de rellenar.






“Mis” trucos

Yo no horneé en dos tiempos ni a dos temperaturas, más bien me ceñí a lo que aconsejan los franceses, y estas son las cosas que aconsejan ellos:

1. Envejecer las claras de huevo. Consiste en separarlas de las yemas y guardarlas 3-4 días en la nevera dentro de un recipiente hermético. A la hora de usarlas deben estar a temperatura ambiente, para ello las sacaremos de la nevera 3-4 horas antes de trabajarlas o incluso la noche anterior. En algún comentario de las Daring he leído que hay quien envejece las claras en el microondas... no he investigado más, prefiero el método tradicional.

2. Dejar hacer costra a la masa antes de hornear los macarons. Una vez que hemos puesto los montoncitos de masa sobre la placa los dejamos secar 30-45 minutos y los horneamos a 190ºC durante 20-30 minutos vigilando constantemente por si acaso.

3. Poner una cuchara de palo en medio de la puerta del horno para asegurarnos de que no se cierra del todo.
4. Poner dos placas de horno (precalentadas) bajo la placa en la que estamos horneando los macarons. Esto hace que hagan "pie", lo que es imprescindible en un auténtico macaron. Yo puse una sola fuente pero muy alta, quizá eso hizo que los míos se inflaran demasiado (?)

Errores que creo que cometí:

Dado que se aconseja no sobremezclar la masa, me quedé demasiado corta a la hora de batir, casi casi como si estuviera haciendo muffins. Y a la vista de lo que se inflaron mis macarons creo que la próxima vez no les negaré un ratín más de procesador para conseguir una textura más lisa.
De todas maneras estoy muy feliz de haber hecho esta receta y pienso repetirla hasta que me quede perfecta. Aquí os presento a mis criaturas:


Macarons de frambuesa
Añadí 20 gotas de colorante líquido Wilton de color rojo a la mitad de la mezcla, y rellené los macarons con mermelada de frambuesa.



Macarons de chocolate con crema de menta
Añadí a la masa 15 grs. de cacao amargo y preparé una crema con una cucharada sopera abundante de mantequilla, 1 cucharada sopera de Pippermint, 10 gotas de colorante líquido Wilton de color verde, y unas 4-5 cucharadas de azúcar glacé.

No salieron perfectos pero los catadores quedaron más que satisfechos… como lo estaré yo el día en que me queden perfectos, y por supuesto prometo publicar!

lunes, 26 de octubre de 2009

Muffins de plátano y chocolate blanco




Este finde no he hecho ningún dulce, y no por falta de ganas sino más bien por falta de tiempo y por mala conciencia porque no estoy siendo tan estricta en mi dieta como debiera.
No sé si os pasa a vosotros pero a mí no sólo me gusta comer y cocinar, también hablar de comer y cocinar me apasiona.
Así que hoy sigo tirando de recetas de fondo de armario y os dejo una que siempre ha tenido mucho éxito en casa o cuando la llevo a alguna parte. Espero que os guste a vosotros también.

La receta original va perfumada con esencia de vainilla, pero creo que si se sustituye la vainilla por un chorro generoso de ron añejo igual queda con un deje a daiquiri de plátano que… en fin, todo es probar.

Saludos y buena semana para todos.

Ingredientes:

1 3/4 tazas de harina de repostería
1/2 taza de azúcar blanco
1/4 taza de azúcar moreno
1 cucharadita de levadura Royal
½ cucharadita de bicarbonato
1/4 de cucharadita de sal
70 gramos de chocolate blanco cortado en trozos pequeños
2 huevos, ligeramente batidos
125 gramos de mantequilla derretida y posteriormente templada
3 plátanos grandes aplastados (con tenedor o puré para que no se licúen en exceso)
1 cucharadita de extracto de vainilla
1 plátano grande en rodajas, para decorar

Preparación:

Precalentar el horno a 180º. Untar en mantequilla una bandeja de moldes de muffin de 12 unidades.
Harina, levadura, bicarbonato y sal se tamizan en un bol grande, al que añadimos por último los trocitos de chocolate blanco y reservamos.
En otro bol mezclamos los plátanos aplastados, los huevos, la mantequilla derretida y la vainilla.
Volvamos los ingrediente húmedos en el bol de los ingredientes secos y con una espátula de goma lo mezclamos todo con movimientos envolventes. Amasamos lo estrictamente necesario para que los ingrendientes se unan, debe de quedarnos una masa tipo engrudo, hasta con grumos. Si mezclamos demasiado el gluten de la harina la convertirá en una masa seca y los muffins saldrán arenosos y se desmigajarán.

Rellenar los moldes y hornear durante unos 20 minutos. El tiempo puede variar dependiendo de cada horno, yo me fío siempre de la prueba del palillo, y otra pista nos la da el color ligeramente dorado que aparece por los bordes de los muffins. Es el momento de sacarlos.
Dejarlos enfriar en rejilla. Están buenos templados o a temperatura ambiente.

jueves, 22 de octubre de 2009

Tuve que hacerlo (Chocolatería Valor)

La de ayer fue una tarde desapacible. No llovía mucho, pero el viento era fresco y no invitaba a pasear ni a ver escaparates. Tenía que matar casi una hora de tiempo hasta mi cita con el médico.
Podría decir que empecé a andar y que casualmente me topé con esta visión celestial, pero la cruda realidad de los hechos es que cuando me dijeron lo que tenía que esperar sabía perfectamente dónde iba a dirigir mis pasos:




No me quedó más remedio que entrar. Tuve que hacerlo, vosotros me entendéis, verdad? Cómo resistirme a atravesar las puertas del cielo?

El local estaba casi vacío, a excepción de dos o tres mesas de señoras de mediana edad con aspecto de jubiladas/amas de casa a las que en ese momento envidié con toda el alma:



Y ésta fue mi merienda... como podéis ver mandé el régimen a paseo, pero es que me lo pedía el cuerpo. Y acaso no dicen que el cuerpo es sabio?



El chocolate (tamaño XL como podéis apreciar, porque se puede elegir entre tamaño normal y grande) estaba riquísimo, y los churros (tamaño porra) calentitos, esponjosos y para nada grasientos, como debe ser.

Y en el número 45 de la misma calle está la Bombonería Valor. No entré porque ése sí que es un antro de perdición (entré a echar un vistazo hace no mucho tiempo y aún tengo alucinaciones)
Si queréis encontrar una chocolatería o bombonería Valor en vuestra zona, pinchad aquí

He visto en la carta que para desayunar, junto a los tradicionales churros, bollería y bizcochos, tienen barrita tostada untada con chocolate fundido. El día 17 de noviembre tengo cita con el endocrino a las 9 de la mañana, adivinad qué voy a desayunar después de pesarme! No tengo remedio...



lunes, 19 de octubre de 2009

Muffins de moras




Este fin de semana me he dedicado al reto mensual de las Daring Bakers, estoy deseando que llegue el día 27 para poder postear los resultados. Es una receta que no lleva demasiado tiempo pero aún así no pude hacer otra cosa de la que tenía (y sigo teniendo) antojo: unos muffins de moras. Aún tengo en el congelador la cantidad necesaria de moras silvestres para una receta, pero seguirán esperando un poquito más. De momento me conformo con mirar la foto de los últimos que hice mientras se me hace la boca agua.

La receta no puede ser más simple y quedan riquísimos. Se puede hacer igual con moras que con frambuesas o fresas.


Ingredientes:

1 taza de azúcar
100 gramos de mantequilla
2 huevos
1/2 taza de leche templada
1 cucharadita de esencia de vainilla
2 tazas de harina
3 cucharaditas de levadura Royal
1/2 cucharadita de sal
1 taza de moras


Preparación:

Precalentar el horno a 190º.


Tamizar la harina y la levadura Royal, mezclarlo todo con la sal y reservar.


Ablandar la mantequilla en el microondas durante 30-40 segundos a potencia de descongelación (si se tiene tiempo es mejor dejarla a temperatura ambiente un par de horas antes de empezar a trabajar) Mezclarla con el azúcar hasta formar una crema y añadir los huevos de uno en uno mezclando bien cada vez. Incorporar la esencia de vainilla.


Añadir la harina alternando con la leche templada sin mezclar en exceso, la masa tiene que quedar más bien con grumos. Truco: terminar siempre con harina, entre otras cosas ayuda a que no se pegue nada de masa en los bordes del molde.


Por último añadir las moras previamente pasadas por harina (nos reservaremos algunas para ponerlas por encima de los muffins), mezclando de abajo hacia arriba con movimientos envolventes, tenemos que hacerlo de la manera más delicada posible para no romper las moras, de lo contrario las moras quedarán espachurradas y los muffins de color rosa por dentro.


Llenar los moldes (previamente engrasados en caso de que uséis los de metal, cosa que aconsejo), colocando algunas moras en el último momento por encima de los muffins, y hornear entre 25 y 30 minutos, dependiendo de los caprichos de Su Majestad El Horno.

Opcional:

Se pueden pincelar con un glaseado para darles un poquito de brillo. El de la foto está hecho con una cucharada sopera de ron y dos de azúcar glacé.

sábado, 10 de octubre de 2009

Tarta de maltesers


Hace un par de semanas me invitaron al cumple de una niña más o menos de la edad de mi hija y me ofrecí a llevar la tarta. Había visto en el blog de Alegna una charlotte de maltesers que me pareció preciosa, y como era para niños pensé en hacerla con maltesers de chocolate blanco, y con bizcocho ya comprado para ahorrar tiempo. Tuvo un éxito increíble entre los peques y creo que también gustó mucho a los papis. Yo tuve la suficiente fuerza de voluntad como para no probarla... cosa de la que aún me arrepiento.


Ingredientes:

- Un paquete de bases de bizcocho (no recuerdo la marca del que compré, venía en 3 capas y me pareció perfecto para conseguir la altura que quería)

- Un tarro gigante de Nutella

- Dos paquetes de maltesers blancos

- Granillo de colores

- Un paquete de bizcochos planos. Compré unos tipo soletilla pero de los tiernos, me pareció mejor para los peques, aunque de aspecto no resultaron muy bonitos y deslució la presentación. Lo bueno es que los niños son un público agradecido y no protestaron :-)


- Un lazo rojo

Preparación:


Mojar las capas de bizcocho en almíbar (yo preparé uno bastante espesito con una taza de azúcar, una taza de agua, una cucharadita de esencia de vainilla y dos cucharaditas de cacao amargo en polvo)

Rellenar con Nutella y cubrir la "tapa" también con Nutella. El mismo sublime pegamento utilizaremos para adherir los bizcochos al contorno de la tarta (yo tuve que cortarlos un poco), y después ataremos todo con el lazo rojo para que no se nos escape.

:-)

Colocamos los maltesers en la parte superior y esparcimos granillo de colores en los huecos que nos queden.
Se prepara en un abrir y cerrar de ojos y el éxito está asegurado.

jueves, 8 de octubre de 2009

Pasta integral con salsa de puerros y azafrán




No es que sea un plato muy de régimen, pero a veces hay que hacer una excepción y como mi dieta permite la pasta una vez cada dos semanas, hace unos días decidí “adornarme”, pero dentro de un orden.

Ingredientes para 4 personas:

- 500 grs de pasta integral (en este caso usé unas farfalle de Barilla)
- 75 grs de mantequilla
- 400 ml de nata baja en calorías o leche evaporada
- 4 puerros pequeños
- Unas hebras de azafrán
- Unos 50 grs de queso de cabra muy curado

Preparación:

Se sofríen en la mantequilla los puerros cortados en juliana. Cuando están bien doraditos se añade la nata y el azafrán y se deja reducir de 15 a 20 minutos a fuego suave. Reservamos y cocemos la pasta al dente en abundante agua salada.
Escurrimos la pasta y nos reservamos un poco del agua de cocción por si la salsa hubiera espesado demasiado. Este es un truco que nunca falla y salva la situación cuando condimentamos y la pasta queda como engrudo, cosa que a veces ocurre con las salsas cremosas.

Emplatamos la pasta colocando una cantidad generosa de salsa por encima, añadimos un montoncito de queso de cabra cortado en taquitos (yo lo tosté ligeramente en el horno y quedó muy rico) y molemos alrededor un poquito de pimienta negra.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Daring Bakers septiembre 2009: Masa de hojaldre y Vol-au-vents


The September 2009 Daring Bakers' challenge was hosted by Steph of A Whisk and a Spoon. She chose the French treat, Vols-au-Vent based on the Puff Pastry recipe by Michel Richard from the cookbook Baking With Julia by Dorie Greenspan.

Septiembre 2009. Mi primer desafío como Daring Baker, y no estoy nada contenta con los resultados.

En primer lugar la elección de Steph, de A whisk and a spoon, no fue muy de mi gusto, se trata de vol-au-vents de relleno libre, pero, eso sí, hechos a manita.

La pasta de hojaldre no es de mis masas favoritas, además lleva un tiempo que yo no tengo, así que cuando cocino prefiero invertir ese tiempo en cosas que me aporten más satisfacción, cosas que me apetezca más aprender.

Pero era mi primer desafío, así que me puse a ello con toda la ilusión del mundo pero… no me quedaron bien. A posteriori me di cuenta de que cometí varios errores en el proceso, pero dos de ellos fueron determinantes: el primero fue hacerlo todo con demasiada prisa y demasiado sueño. El segundo fue estirar la masa demasiado fina antes de hornear, así que no se elevó lo suficiente y en vez de unos bonitos vol-au-vents lo que obtuve fue una especie de ovnis más bien achatados. No os puedo explicar lo triste y frustrada que me sentí después de haberle robado horas al sueño para no conseguir lo que esperaba. Eso por no hablar de lo torpe que me sentí, tantos años haciendo tartas y este hojaldre es la chapuza más grande que jamás he hecho. Pero estoy obligada a publicarlo, y lo hago con gusto, como ejercicio de modestia y para aprender de los errores cometidos.

Superado el primer impulso de tirar los ovnis a la basura decidí intentar reciclarlos de la mejor manera posible y se me ocurrió lo que he bautizado como “Saint-Honoré de Lemon Pies”. Unas líneas más abajo veréis por qué.

La receta:

Ingredientes:

2-1/2 tazas de harina
1-1/4 tazas de harina especial para repostería
1cucharadita de sal (se puede poner ½ si el hojaldre es para rellenos dulces)
1-1/4 tazas de agua helada
454 grs. de mantequilla no salada, muy fría
Harina extra para la superficie de trabajo

Preparación:

Se meten todos los ingredientes en el procesador, th o similar. Pulsamos hasta que la masa se hace una bola, que deberá quedar muy flexible y elástica, cediendo a la presión de los dedos. La envolvemos en un paño húmedo y la metemos en la nevera 5 minutos.

Mientras tanto ponemos la mantequilla entre dos trozos de film (yo usé papel vegetal) y la aplastamos con rodillo hasta que mida media pulgada (que en cristiano viene a ser como 1,2 mm) Si se ha ablandado hay que refrigerarla otra vez, la masa debe mantenerse fría durante todo el tiempo de preparación.

Sacamos la masa de la nevera, la extendemos sobre la superficie de trabajo, en la que previamente hemos esparcido harina, y la estiramos de dentro hacia fuera en un cuadrado como de 25 cm de lado, la idea es que quede como una almohadilla más delgada en el centro, sobre la que irá la mantequilla.

Ponemos la mantequilla en el centro y la envolvemos con la masa, cuidando que los bordes se superpongan ligeramente. Si no nos llega hay que estirarla toda, no tirar de los bordes. Debe quedarnos un rectángulo de 16 cm por el lado más largo. Eliminamos el exceso de harina con una brochita.

Estiramos con rodillo hasta triplicar la longitud inicial y doblamos en tres como si fuera una carta. Esto completa el primer estirado, en total el mínimo es de seis.

Para hacer el segundo y sucesivos, colocamos la masa poniendo a la izquierda el lado de la “carta” que queda cerrado y volvemos a estirar y a doblar en tres, eliminando el exceso de harina cuando sea necesario y refrigerando la masa 5 minutos cada dos tandas de estiramiento.

Se puede hacer sólo cuatro tandas, refrigerar toda la noche y dejar los dos últimos estiramientos para la mañana siguiente antes de hornear.

Para hornear:

Precalentar el horno a 200ºC. Estirar la masa para que quede con un espesor de entre 3 y 6 mm, y cortar las bases de los vol-au-vents con un cortapastas redondo. Cortamos también los anillos que pondremos sobre la base. Yo para esto usé vasos, uno de agua para las bases y uno de chupito para los círculos.

Pintamos las bases con pincel untado en yema de huevo batida, colocamos los círculos encima de las bases y los pincelamos también, cuidando de no hacerlo por los lados para evitar que se aplasten durante la cocción (aunque seguro que éste no fue el motivo de mi fracaso)

Se hornean durante 15-20 minutos, o hasta que estén dorados.

Los recortes de masa se pueden aprovechar, los superponemos y volvemos a estirar un par de veces, pero mejor usarlos como base y no como bordes, porque no se elevan igual.

Para el montaje utilicé un merengue hecho con una clara de huevo batida a punto de nieve fuerte con 2 cucharadas generosas de azúcar glacé. Como “pegamento” para unir los ovnis y darles a la vez un poquito de brillo, utilicé un almíbar bastante espesito que hice con media taza de agua, media de azúcar, una cucharada sopera de miel y medio vasito de Pedro Ximénez.





La verdad es que estaba muy bueno pero no deja de ser una forma de reciclar un desastre.

No veo la hora de que llegue el 1 de octubre para conocer la receta del mes… y ojalá que esta vez se me dé mejor…


jueves, 17 de septiembre de 2009

Cebollas rellenas de pollo y maíz


Mañana hace una semana que empecé la dieta salvaje. Controlada por un endocrino, que me mandó una analítica previa exhaustiva, me pesó, me midió y me hizo un análisis de la masa corporal. No me dijo cuántos kilos tengo que perder, él prefiere hablar de porcentajes, y los porcentajes dicen que me sobra el 11% de la grasa que tengo en el cuerpo. La buena noticia, según me dijo, es que no tengo el colesterol ni los niveles de glucosa altos, ni hipertensión, ni ningún otro problema añadido. Así que pensé ¡Qué bien, no tengo problemas añadidos, sólo tengo que pasar hambre durante dos años!”

De momento voy bien porque he perdido casi dos kilos y me he acostumbrado rápido a la nueva manera de comer. La cena en esta dieta consiste en un lácteo y una fruta, con lo que gano en tiempo, lo cual me viene muy bien porque por la noche suelo estar cansada para cocinar y así tampoco tengo la tentación de recurrir al sándwich (ya sabéis, “cocina de supervivencia”)

En la dieta que me entregó el médico se hace referencia a la importancia de comer cosas que nos gusten y nos satisfagan incluso visualmente, él lo llama “la imagen de la comida.” Se trata de sustituir la noción de “estar lleno” por la de “estar satisfecho”, así que le estoy echando imaginación a la cocina para llevar a la mesa platos bajos en calorías pero que sean nutritivos y vistosos, que alegren la vista y el paladar.

El domingo pasado conseguí bastante bien el objetivo con estas cebollas rellenas. La idea la saqué de una página web americana en la que las que un chico mexicano las proponía con ingredientes totalmente diferentes y con un aire más Tex-Mex. Podéis ver la receta que me inspiró aquí. Yo pensé en una versión más suave y me salió esto.


Ingredientes para 3 personas:

6 cebollas grandes
2 pimientos italianos
2 filetes de pechuga de pollo cortados en tiritas muy finas
200 grs. de maíz congelado
1 huevo
AOVE
Sal, pimienta negra y nuez moscada al gusto
Harina
Pimentón dulce – 2 cucharadas

Preparación:

Cocemos el maíz en abundante agua salada, y lo dejamos escurriendo mientras preparamos el resto de la receta. Para cualquier otra preparación bastan 2-3 minutos, pero yo lo dejé 15 minutos para que estuviera muy tierno y su textura no destacara por encima de los demás ingredientes.

Vaciamos las cebollas con la cuchara de hacer bolitas de melón, reservándonos la pulpa. Las untamos con AOVE por dentro y por fuera y las ablandamos a horno medio durante unos 20 minutos, vigilando para que no se quemen los bordes.

Picamos muy fina la pulpa de la cebolla, la salamos ligeramente y la rehogamos en AOVE hasta que esté bien doradita, incorporamos el pimiento cortado en tiritas muy finas y cuando esté dorado añadimos el pollo previamente condimentado con pimienta y nuez moscada y ligeramente espolvoreado con harina (esto para que no se nos peguen los trocitos entre sí y porque también ayuda a que el relleno quede más armado) Cuando el pollo esté bien tostadito, añadimos el pimentón y mezclamos hasta que se disuelva sin llegar a tostarse. Por último incorporamos el maíz , damos unas cuantas vueltas más al conjunto, retiramos del fuego y ligamos todo con el huevo rápidamente para que éste no se cueza al calor de la mezcla.

Introducimos el relleno en las cebollas ya ablandadas, regamos todo con otro chorrito de AOVE y llevamos al horno durante una media hora.

Para una versión “No-dieta” recomiendo espolvorear las cebollas con Cheddar o Leerdamer rallado, quedaría muy bien. Yo no se lo puse porque me extralimité bastante incluyendo harina y huevo en la preparación.

Las serví con ensalada de lechuga y tomate aliñada con albahaca fresca, AOVE y vinagre de Jerez dulce al Pedro Ximénez… como veis sigo el consejo del médico, cuido vista y paladar.

Espero que os guste la idea, ya me contaréis.