jueves, 29 de septiembre de 2011

Bruschetta de lentejas con verduras




Segunda entrada que dedico a mi querida bruschetta, ésta es 100% vegetariana pero riquísima y contundente, ideal para los primeros fríos.... que ojalá lleguen pronto!

Ingredientes para 4 personas:

4 rebanadas de pan, ya sea fresco o del día anterior
200 grs de lentejas peladas
1 zanahoria
1 tallo de apio
1 cebolla blanca pequeña
1 hoja de laurel
½ cucharadita de comino en polvo
Caldo de verduras, cantidad suficiente (Paula, no te enfades!)
Sal
Pimienta negra en grano

Preparación:


En una sartén o rondón calentar un hilo de aceite y sofreír la cebolla, el apio y la zanahoria cortados en juliana. Cuando la cebolla empiece a estar dorada añadir las lentejas y saltearlas un momento para que se impregnen del sabor de las verduras. Echamos caldo, lo justo para llegar apenas a cubrir todo, y cocer a fuego moderado durante 20 minutos removiendo de vez en cuando. Pasados los 20 minutos el líquido se habrá reducido considerablemente y las lentejas estarán tiernas, casi reducidas a puré. Sazonamos y colamos.
Tostamos el pan, ponemos encima de cada rebanada una capa abundante de lentejas y rematamos con un hilo de aceite de oliva.



Fuente: G2kitchen, número de otoño 2010.



domingo, 25 de septiembre de 2011

Whole Kitchen Septiembre 2011 propuesta dulce: Crumble



Whole Kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de septiembre nos invita a preparar un postre clásico británico: crumble.
Un postre rápido y fácil que admite tantas posibilidades como nos deje nuestra fantasía y nuestra despensa, porque se puede hacer con lo que tengamos a mano, y pueden ser ingredientes tanto dulces como salados.

Crumble de manzanas y frutos rojos

Ingredientes para 2 personas:

Para el relleno:

1 manzana Golden
150 grs de frutos rojos congelados
20 grs de mantequilla
15 grs de azúcar moreno
¼ de cucharadita de canela en polvo

Para el crumble:
40 grs de harina
15 grs de mantequilla
30 grs de azúcar moreno
¼ de cucharadita de ralladura de limón



Preparación:

Precalentamos el horno a 180º.
Pelamos la manzana y la cortamos en cubitos de aproximadamente ½ cm. La ponemos en un cazo a fuego moderado junto con la mantequilla y el azúcar hasta que esté tierna. Me encanta el término inglés, “mushy.”
Retiramos la manzana del fuego y añadimos la canela y los frutos rojos, mezclamos todo delicadamente (bastan un par de vueltas) y repartimos la mezcla en dos recipientes aptos para horno previamente untados en mantequilla.
Preparamos el crumble o migas:
Ponemos la harina tamizada en un cuenco y añadimos el azúcar y la ralladura de limón, mezclamos bien y echamos por encima la mantequilla cortada en cubitos. Trabajamos todo con las manos, frotándonoslas y restregándolas como si estuviéramos lavando, hasta que consigamos una textura como de migas. Espolvoreamos estas migas sobre la mezcla de frutas y lo llevamos al horno durante 15 minutos, o hasta que veamos que la superficie está dorada y crujiente y el relleno haga “blob-blob-blob” por los bordes de manera tentadora y la cocina se llene de un aroma insoportablemente goloso a canela, limón y frutos rojos.


Servir templado, preferentemente acompañado de una bola de helado de vainilla (que yo en esta ocasión no tenía) Puede que el aspecto no sea muy tentador pero la textura y el sabor son espectaculares, a las pruebas me remito…


jueves, 22 de septiembre de 2011

Bruschetta de habitas tiernas con Grana Padano



En muchos blogs y revistas de cocina se habla de crostini, crostoni, bruschette, delicias sencillas y a la vez espectaculares, y me apetecía decir algo al respecto porque sin ser una autoridad gastronómica puedo “presumir” de haber vivido en Italia y haber degustado cientos (y no exagero!) de estas pequeñas maravillas que pueden preparar el paladar para la comida o la cena, o constituir una comida por sí solos si los acompañamos con una buena ensalada y una copa de vino.

Los crostini (crostino en singular, palabra que proviene de crosta, que significa costra) son rebanadas de pan de tamaño pequeño (como la de una barra de pan corriente o una medianoche) que se sirven tostadas y untadas o condimentadas con todo tipo de preparaciones. Son famosísimos los crostini alla provatura (queso muy parecido a la mozzarella) que se aderezan con una mantequilla de anchoas fundida, y los crostini al fegato, es decir, al hígado. Se trata de un paté casero de higaditos de pollo que se prepara de diferentes maneras según la región: Hay quien sofríe los higaditos machacados con jamón de parma cortado muy fino, hay quien le añade canela, otros lo preparan sólo con ajo… El caso es que cada región tiene su forma peculiar de prepararlos y es deliciosa en todas las versiones que yo conozco: romana, toscana y lombarda. En una ocasión probé unos maravillosos en Milán, en la Tavernetta da Elio, donde se precian de preparar el mejor Ossobuco alla milanese. Pero ésa es otra historia, otro post, y otra receta.

A lo que iba. Después están los crostoni (crostone en singular), que se diferencian de los crostini en su tamaño y grosor. Se trata de una rebanada de pan más grande (por lo menos como la de una chapata) y también más gruesa, que tradicionalmente se tostaba o freía para servir sobre ella salsas a base de caza.

Por último las bruschette, bruschetta en singular, que viene del latín “bruscare” y significa quemar o tostar, que antiguamente era sólo una rebanada de pan tostada y posteriormente frotada con un diente de ajo y aliñada con un buen aceite de oliva. Posteriormente, con la aceptación del tomate en la cocina (ya sabéis que cuando llegó a Europa era considerado venenoso y se utilizaba sólo con propósitos ornamentales) se empezó a condimentar también con tomate y albahaca.
La denominación bruschetta es típica de la Italia central y creo (es sólo mi humilde opinión) que la más extendida internacionalmente.
Y como sé que estaréis hambrientos después de esta explicación, os dejo con la primera de las tres recetas de bruschette que voy a publicar en estos días y que espero que os gusten tanto como a mí.

Bruschetta de habitas tiernas con Grana Padano

Ingredientes para 4 personas:
4 rebanadas de pan, ya sea fresco o del día anterior
300 gramos de habitas
1 puerro
4 cucharadas de AOVE
100 grs de Grana Padano cortado en escamas

Preparación:

Cocemos las habitas y las pelamos.
Con la mitad de ellas y un poquito del caldo de cocción hacemos un puré y lo reservamos.
Rehogamos el puerro en el aceite y cuando esté dorado salteamos las habitas con el puerro un par de minutos.
Tostamos las rebanadas de pan y ponemos sobre ellas una capa de puré de habas bien caliente, colocamos por encima el sofrito de habitas y puerros, regamos con un hilo de aceite y rematamos con unas escamas de Grana Padano. Buon appetito!

Fuente: Inspirada en una receta del libro “Good Food 101: Soups & sides.”


viernes, 16 de septiembre de 2011

Pan perdido de lavanda y limón confitado en cocotte




Gracias a mi amiga Carmen hace unos días, camino de la oficina, con el día aún amaneciendo, pude llevarme a casa unas cuantas flores de lavanda florecida a destiempo con las que improvisé este postre. Evidentemente no es como un buen cake de lavanda y limón pero encierra todo lo bueno de sus sabores y aromas y se prepara en pocos minutos.
Ingredientes para 4 personas:
4 panecillos de leche industriales (yo elegí estos porque se adaptan fenomenal a las cocottes ovaladas, pero va bien cualquiera que le venga bien a los moldes que elijáis, o también podéis usar restos de panes, brioches, croissants, etc. y hacerlo en molde grande)
500 ml de leche
4 cucharadas soperas de azúcar
1 palo de canela
Un trozo de corteza de limón entera
4 huevos
1 cucharada sopera de limón confitado cortado en daditos lo más pequeños posible
Flores de lavanda al gusto



Preparación:

Precalentamos el horno a 160º
Enmantequillamos 4 mini cocottes ovaladas.
Cortamos los panecillos longitudinalmente y los ponemos en las cocottes del revés, de forma que la parte superior de cada uno quede en el fondo. Ponemos por encima algunas flores de lavanda desmenuzadas y distribuimos el limón confitado que hemos cortado entre las 4 cocottes. Cerramos con la otra mitad del panecillo y lo perforamos para que después absorba la mezcla que le vamos a echar.
Batimos los huevos ligeramente y reservamos.
Calentamos a fuego moderado la leche con el azúcar, el palo de canela y la corteza de limón. No tiene que llegar a hervir. Apartamos del fuego, retiramos la canela y la corteza de limón, dejamos templar unos minutos e incorporamos los huevos batiendo suavemente hasta que esté todo perfectamente integrado.
Distribuimos esta mezcla entre las cocottes y horneamos destapado durante 20-25 minutos.
Al sacarlo del horno decoramos con tiritas de limón confitado, regamos con un poco del almíbar en el que lo conservamos, y desmenuzamos más flores de lavanda para finalizar.
Sólo queda disfrutar de este postre, preferentemente templado, para apreciar todos los sabores que reúne. A mí particularmente me sabe a especias, a hierba, a sol y a campo en verano.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Tarta otoñal de sidra y manzanas y AIG 2011

"Ésta es una tarta solemne. Se toma su tiempo pero nunca llega tarde, y odia la mermelada comprada. Siempre se acuerda de tu cumpleaños, y sus regalos vienen envueltos con cinta de verdad. Paciente y sabia, esta tarta es como un cálido chal que te protege contra el mordisco del viento y el final del año."
-Harry Eastwood-


De esta manera tan original presenta Harry Eastwood este cake en su libro "Red Velvet and chocolate heartache." Con esta receta calmo un poco mis ganas de otoño, un otoño que espero con ansia, que yo sé que quiere llegar, pero el verano obstinado que nos ha tocado este año no se resigna a marcharse y no le deja instalarse.

Tuve la suerte de recibir este maravilloso libro de manos de
Mariví el año pasado. Ella fue mi AIG y fue una suerte inmensa porque aunque está un poquito lejos (en Liverpool) siento que con ella he ganado una amiga, ella es cálida, cercana, en fin, se hace quere al instante. Desde aquí un beso muy grande, Mariví.

Y después de tan maravillosa experiencia con la edición del 2010, he decidido participar también en la edición de este año. La organizadora es Jo, una bilbaína que vive en Londres, a la que estoy descubriendo gracias a esto del AIG. Podéis consultar las bases del AIG 2011 en este post de su blog
"Mis recetas bordadas"



El logo se lo debemos a la maravillosa Carol, de designwithlove.es


Volviendo a la receta de hoy: Hasta el día en que preparé este cake no había hecho más que leer una y otra vez el libro comiéndomelo con los ojos, y aunque estaba deseando hacer alguna de las muchas recetas que he señalado, no había encontrado la ocasión.

Esta la he tenido que tunear porque lleva un ingrediente que me resulta muy difícil de conseguir: la chirivía. Y aunque no tenga nada que ver, la he sustituido por calabacín, una verdura que ella emplea en otros cakes del libro, y el resultado ha sido fantástico.

Harry Eastwood cree que comer un trozo de tarta rica cuando a uno le apetece es un derecho inalienable del ser humano, pero que hay que buscar la forma de prepararlas sin engordar y sin renunciar a un sabor y una textura apetitosas. Para ello sustituye la harina de trigo por la de arroz y la almendra molida, y añade verduras ralladas para dar color, aroma y humedad a sus cakes. Con un trozo te quedas satisfecho y no te zampas 2.000 calorías por porción, lo que es muy de agradecer si queremos cuidar un poco la línea.

Aún me quedan muchas recetas por experimentar de este libro, y estoy deseando ponerme a ello porque el resultado de la primera me ha encantado. Es un cake super jugoso que en la textura recuerda un poco a los steam puddings que me gustan tanto, y su aroma evoca el de los dulces navideños como las galletas de jengibre o el pain d'épices. En resumen, estoy encantada con él y os lo recomiendo sin dudarlo. Feliz Otoño y feliz vuelta al cole para todos.

Ingredientes:

1 manzana mediana (260 grs en bruto)
½ limón
3 huevos medianos
180 grs de azúcar caster
150 grs de harina de arroz
150 grs de harina de almendra
2 cucharaditas de levadura química (Royal)
1 cucharadita de mix spice (mezcla de especias, normalmente clavo, canela, jengibre, pimienta, nuez moscada, etc.) Mi botecito también fue regalo de Mariví.
1 cucharadita de jengibre rallado
¼ de cucharadita de sal
200 grs de chirivía rallada en el momento de usar (yo no encontré y usé calabacín)
1 cucharadita de extracto de vainilla
1 manzana pequeña
Zumo de medio limón
Azúcar glace para espolvorear

Preparación:

Precalentar el horno a 200º.
Engrasar y forrar un molde alto de 20 cm de diámetro. Es perfecto el molde del que hablaba Bea en este post.
Yo, como ella, no he conseguido hacer un bizcocho decente para layer cake con este molde, pero sí me viene super bien para recetas como ésta, que más que cake es como un pudding, y también para brioches o incluso panettone.
Pelar, despepitar y cortar la manzana en cuadraditos de 1 cm aprox. Rociarla con zumo de limón para que no se oxide y reservar.
Cortamos 3 rodajas lo más finas posible de la parte central de la manzana pequeña, cuidando de que sea la parte que tiene semillas porque queda mucho más bonita la presentación. Rociamos las rodajas por ambos lados con zumo de limón y reservamos.
En un bol batimos los huevos con el azúcar hasta que queden blancos y tripliquen su volumen (En robot, unos 3 min. a velocidad máxima)
Incorporar poco a poco y removiendo con cuidado las harinas por cucharadas, la levadura, las especias, la sal, la manzana en cuadraditos y el calabacín rallado. Por último, echamos encima de la masa la sidra mezclada con la cucharadita de vainilla, y mezclamos delicadamente mientras burbujea la sidra.
Depositamos la mezcla en el molde y colocamos encima las tres rodajas de manzana que teníamos reservadas. Cubrimos el molde con un par de hojas de aluminio y lo atamos fuerte con una cuerda para que no le entre el aire.
Llevamos al horno sin miedo durante 2 horas. En este tiempo no miraremos por debajo del aluminio ni una sola vez, y no os preocupéis porque la tarta estará perfecta. Tiene tantos ingredientes húmedos que no se pegará ni se secará, al contrario, la textura final está más cercana a la de un pudding que a la de un cake.
Sacamos del horno, destapamos y pincelamos ligeramente las rodajas de manzana con una gotita de agua, con cuidado de no humedecer la masa. Cuando se haya enfriado bastante (está muy rica templada) cubrimos las rodajas de manzana con unos círculos de aluminio o de papel de horno y espolvoreamos generosamente con azúcar glace.






martes, 6 de septiembre de 2011

Lomo de cerdo con piña y jengibre en cocotte



Hoy os traigo una receta que me ha gustado muchísimo, llevaba tiempo rondándome por la cabeza y en vacaciones por fin me he decidido a ponerla en práctica. La carne preparada así queda tan tierna que se deshace en hebras, y tan jugosa y aromática que este guiso es un auténtico placer para los sentidos.

Con esta receta participo en el concurso que organiza Cuinera con motivo de su primer cumpleblog. Animaos que aún tenéis de tiempo hasta el 30 de septiembre. El premio, que se otorgará por sorteo entre todos los participantes, es una sorpresa, seguro que habrá pensado en algo estupendo, a mí me tiene intrigada.

Ingredientes para 4 personas:

1 lomo de cerdo de aproximadamente 1 kilo de peso
2 cebollas grandes
1 trozo de jengibre fresco del tamaño de una nuez
2 cucharadas soperas de salsa de soja
¼ kg de piña natural (peso neto, ya pelada y troceada)
1-1 y 1/2 litros de caldo de verduras o de ave (preferentemente casero)
Sal (optativo, porque la soja ya sala bastante el guiso)
2 cucharadas soperas de AOVE

Preparación:

Calentamos el AOVE en la cocotte a fuego medio-bajo. Es importante no poner la cocotte fría sobre fuego caliente porque los contrastes bruscos de temperatura a la larga dañan el esmalte, y a mí particularmente me interesa que me duren muchísimos años, para disfrutarlas yo y para que las herede mi hija. Y a ser posible que las use para cocinar y no para tirármelas a la cabeza!

Marcamos el lomo por todos sus lados y pasamos a un plato.
En la misma cocotte rehogamos la cebolla cortada en juliana hasta que esté dorada. Sin apartar la cocotte del fuego, volvemos a poner dentro el lomo, añadimos el jengibre rallado y la soja y dejamos sudar todo girándolo dos o tres veces (en total no más de 3 minutos)
Cubrimos con el caldo, tapamos la cocotte y la introducimos en el horno que habremos encendido dos minutos antes, o incluso en el momento si vuestro horno se calienta rápido. Como os decía antes, cuando cocinamos en cocotte tenemos que evitar los contrastes de temperatura, así que es mejor no precalentar el horno en exceso. Cuanto menos sometamos las cocottes a contrastes de temperatura más nos durarán y más ricos nos saldrán los guisos.
Dejamos cocer tapado en el horno durante una hora y cuarto. Pasado ese tiempo la sacamos, añadimos la piña al caldo y volvemos a introducir en el horno, esta vez destapada, para que cueza unos 15-20 minutos más, hasta que veamos que la piña está tierna y el caldo se ha reducido haciéndose más denso.
Probamos de sal y sin más nos vamos con la cocotte a la mesa. Triunfo asegurado.

Fuente: Fabsfood.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Tiempo de moras: desvaríos de fin de estación y un par de buenas recetas



Lentamente se acortan los días, el calor del sol ya no es abrasador y algunos empezamos a pensar con ilusión en la ropa de abrigo. Qué le voy a hacer, adoro el invierno. Del verano sólo me gusta esta época, su final, estos días maravillosos en los que los madrugadores tenemos que ponernos la chaqueta cuando salimos por la mañana y traerla colgada del brazo cuando regresamos.
En mis idas y venidas he adquirido la costumbre de hacer fotos de todo lo bonito que me encuentro a mi paso. Me parece mentira que haga ya un año que no tengo cámara y que siga dependiendo del i phone para hacer fotos, pero de momento es lo que tengo y al menos así capturo para siempre la belleza de momentos que de otra forma se perderían rápidamente en el ajetreo de la vida cotidiana.
Me gusta especialmente caminar entre la lavanda y el romero, pararme a mirar tantas clases de flores diminutas y desconocidas para mí que me encuentro junto al camino, o ver cómo crecen las uvas en las parras, tan verdes aún pero tan prometedoras.



Los parques de Madrid están preciosos en esta época. El Retiro es uno de mis lugares favoritos, en particular los jardines de Cecilio Rodríguez, donde aún se pueden ver nenúfares en las fuentes, y multitud de pavos reales con los que mi hija disfruta como una enana, dándoles de comer trocitos de pan y persiguiéndoles.
Y es en estos días cuando llega mi momento favorito del verano: el tiempo de las moras. En mi memoria estarán siempre asociadas a un verano especialmente feliz, el último en el que tuve la ocasión de recogerlas en persona.
Este año las moras me han llegado gracias a mi hermano, mi cuñada y mi sobrino que las han recogido para mí con todo su cariño y a costa de algún que otro arañazo. Como siempre, han ido a parar inmediatamente al congelador, cuidadosamente lavadas y secadas, e irán saliendo poco a poco para darme el lujo de disfrutar sorbo a sorbo, bocado a bocado, del último regalo del verano que termina. Hoy os traigo dos recetas con moras, ambas sacadas de G2Kitchen, un magazine gastronómico virtual creado por un grupo muy cosmopolita de food bloggers/photographers con base en Italia. Una de ellas es española y se llama
Alicia Mañas, muchos conoceréis su blog amiloquemegustaescocinar.com , y más ahora que Alicia toma parte en el maravilloso proyecto 1080 fotos.

Volviendo a G2kitchen, me ha dado muchísima pena que hayan dejado de hacer el magazine porque esperaba con verdadera ansia cada nuevo número. Las dos recetas de hoy son de su número 0. Algunos de los números están disponibles en inglés, el resto son en italiano, pero sea como sea merece la pena que le echéis un vistazo al trabajo de estas chicas, es de una calidad excepcional.
Y ya dejo de enrollarme. Os dejo con dos recetas estupendas.

Hamburguesa con salsa de moras y romero

Ingredientes para 4 personas:

150 grs de moras
2 ramitas de romero
1 cucharada de salsa de soja
1 cucharadita de miel
4 hamburguesas preparadas según vuestro gusto (yo con ternera y cerdo al 50%)
8 rebanadas de pan
4 lonchas de bacon (yo no se lo puse)

Preparación:

Lavar las moras, triturarlas en el robot y ponerlas en un cacillo a fuego medio con la salsa de soja y la miel. Dejar reducir durante 5 minutos. Yo me reservé unas cuantas moras enteras para añadírselas después a la salsa, me gusta que quede con tropezones.
Hacer las hamburguesas (y el bacon en su caso) en la plancha muy caliente untada en aceite y tostar el pan.
Montaje: Poner cada hamburguesa entre dos panes con una cucharada de la salsa y el bacon, Pinchar en cada pan un trocito de rama de romero.
Acompañar con un cordón de salsa en cada plato.



Pan dulce de moras y manzanas

Ingredientes:

400 grs de harina de fuerza
20 grs de levadura de cerveza fresca
200 ml de agua tibia
2 cucharadas de AOVE
150 grs de azúcar (es la mitad de la receta original, 300 grs me pareció excesivo), usaremos unos 50 grs en el relleno y 100 grs para espolvorear.
1 manzana Granny Smith pelada, despepitada y cortada en cubitos de ½ cm de espesor
Ralladura de limón

Preparación:

Tamizar la harina sobre la superficie de trabajo formando un volcán. Poner en el centro la levadura disuelta en el agua tibia y el aceite. Amasar hasta obtener una bola de masa elástica, aterciopelada al tacto y que no se nos pegue a los dedos. Dejarla reposar hasta que doble el tamaño. Dividir en dos partes. Estirar cada una de ellas de ½ cm de espesor. Depositar encima de una de las mitades la manzana cortada en trocitos, las moras (reservaremos algunas para ponerlas por encima) y espolvorear con unos 50 grs de azúcar. Cubrir con la otra mitad de la masa cuidando de aplastar bien los bordes (por algo este tipo de preparación se llama “schiacciata”, es decir, “aplastada”) Terminaremos espolvoreando con azúcar, ralladura de limón y colocando algunas moras para decorar.
Horneamos durante unos 30 minutos, sacamos del horno, dejamos enfriar la bandeja sobre rejilla unos 15 minutos y después pasamos el pan directamente a la rejilla para que se termine de enfriar… aunque es difícil esperar!