Scorrere giù col mouse per la versione italiana nel blu, dipinto di blu :-)
Mis cocottes languidecen en sus estanterías.
Juraría que cuando paso cerca de ellas algunas me miran con rencor y a otras se
les cae una lagrimilla.
Mis cortadores de galletas se están matando
entre ellos. Los más veteranos me han demandado por falta de ocupación efectiva
(Chiste de abogados) y los que están sin estrenar han desplegado delante de su
mueble una pancarta donde se lee “Danos una oportunidad!!!!!”
Ayer sorprendí a la cubeta de la máquina de
hacer helados dando saltitos para intentar meterse ella solita en el congelador.
Y cuando la devolví a su funda me echó una mirada que no me gustó un pelo.
La donutera y la gofrera intentan atraerme
desde el fondo del armario con sus cantos de sirena y no sé cuánto tiempo más
podré seguir fingiendo que no las oigo, pero de momento resisto con toda mi
fuerza de voluntad.
Qué decir de mis moldes de NordicWare. Esos
ya ni me hablan, directamente me han pedido el divorcio.
Y todo esto para explicaros por qué tengo el
blog abandonado, por qué no me atrevo a visitar los vuestros, por qué me
conformo con ver lo que compartís en Facebook y Pinterest, y con leer y releer los libros brillantes que
escriben mis amigas como Bea Roque o Sandra Mañas, teniendo mucho cuidado de no
babear encima de ellos: Porque estoy a dieta.
Sí, ya lo sé, lo habré dicho mil veces y
otras tantas he tirado la toalla. Pero esta vez es diferente. No se trata de
hacer dieta una temporada, es todo un nuevo estilo de vida que está dando unos
resultados fantásticos y que comenzó el día en que reconocí que mi sobrepeso no
era un problema sino un síntoma. Tenía que encontrar la manera de parar de
comer compulsivamente pero sin esfuerzo, sin dolor y para siempre, y estoy muy
feliz de haberla encontrado. Hablar de cifras puede resultar absurdo, pero me
apetece decirlo: He perdido 14 kilos en 3 meses y ha sido muy fácil. Ahora
viene lo difícil, los siguientes 10, que son los que llevan más tiempo
instalados en donde no deberían. Y si la cosa se da bien puede que sean 15 kilos
más en vez de 10, pero no quiero crearme expectativas que después no se cumplan
y me generen la típica frustración que me hace ir corriendo a por la cuchara y
el bote de Nutella.
De hecho en mi casa ya no hay Nutella, ni más
chocolate que el que come mi hija, y cuando entro en la cocina lo hago con las
orejeras puestas, de forma que con una mano abro la nevera para coger el filete
de pollo y la ensalada, y con la otra
caliento la plancha para la carne, sin mirar mucho más a mi alrededor. Lo que
se dice auténtica cocina de supervivencia. Pero no hay otra forma. Ya sé que
podría seguir horneando y cocinando y dedicarme a regalar el prójimo el fruto
de mi trabajo, o congelarlo para alguna ocasión especial. La teoría es muy
bonita, pero está empíricamente contrastado el hecho de que soy incapaz de tal
hazaña. Os admiro a las que podéis hacerlo, pero yo, si sé que tengo un bizcocho
de chocolate en el congelador, lo veo hasta en mis sueños y mi espíritu no
conoce la paz hasta que descansa enterito en mi panza. Y si hago algo para
regalar tiene que pasar previamente el control de calidad, porque cómo voy a
regalar algo que no esté lo suficientemente bueno? Tendré que asegurarme
primero!
De modo que, siguiendo el consejo proverbial
de que “quien evita la ocasión evita el peligro”, estoy sorteando ese peligro
de comer mediante la estrategia de no generar nada comestible más allá del
mencionado pollo a la plancha y poco más.
Y no estoy pasando nada de hambre, al
contrario, como muchísimo más que antes y más veces al día. Y ésta va a ser mi
forma de vida durante mucho tiempo, todo el necesario para cumplir el objetivo
y después el que se requiera para mantenerlo. Y hablamos de 3-4 años para
empezar.
Eso no quiere decir que de vez en cuando no
pueda cometer un exceso, puedo y lo hago, a condición de cumplir determinadas
pautas en los días siguientes. No hay nada gratis en esta vida.
Que si echo de menos la cocina y la
repostería? Pues sí. Mucho. Tanto que casi duele. Pero estoy tan contenta de
los resultados que voy consiguiendo que me compensa. El tiempo que ya no
necesito para cocinar y fotografiar lo empleo en probarme la ropa que no podía
ponerme desde hacía más de un año, en maquillarme y hacerme la manicura y la
pedicura, puede sonar superficial pero hacía mucho tiempo que no disfrutaba
cuidando de mí misma y me encanta. Además son actividades que no engordan :-)
Así que este post no es una despedida pero
casi. Porque voy a publicar bien poco este verano, así que os recomiendo que si
queréis estar al día de las escasas entradas que saldrán os suscribáis por
e-mail o me sigáis la pista en Facebook.
Esperé 10 minutos a ver si la señora pelirroja se iba... Y me rendí. |
Para matar el gusanillo de escribir estoy
dándole vueltas a la idea de crear un blog para contar en clave de humor mi
experiencia con esto de los kilos pero esto tengo que madurarlo un poco, porque
sería algo muy personal y además no querría empezarlo y después dejarlo
colgado. Pero si me lo planteo es porque pienso que quizá mi experiencia
beneficie a otras personas que también se encuentren al borde del ataque de
nervios por el tema del peso y que como yo, seguramente se hayan sentido muy
incomprendidas y desorientadas.
Mientras le doy vueltas a éstas y a otras
ideas voy a disfrutar del verano, que se presenta tranquilo en principio. Mi
año sabático ha concluido, me he formado concienzudamente para volver a ejercer
como abogado, especializándome en Derecho de Familia, y ya he inaugurado mi
despacho en el centro de Madrid.
Afronto esta nueva etapa profesional con mucha
ilusión y encantada de ser mi propia jefa y poder llevar una vida en la que
sólo manden los compromisos profesionales, sin horarios, sin soportar con el
nudo en la garganta a jefes indeseables, sin depresión de domingo, sin temor a
los lunes. Amo los domingos. Amo los lunes. Amo mi vida en este
momento, aunque no sepa de qué voy a vivir el mes que viene.
Y después de haberos puesto al día de mis
novedades en lo personal y en lo profesional y de explicaros por qué no voy a
hacer ni publicar próximamente ninguna de las dulces perversidades que tengo en
mi extensa lista de pendientes, os traigo para compensar una recetilla de las
que aparecen en el especial de verano de Threef dedicado a la comida callejera.
En esta ocasión he colaborado con tres recetas y con bastantes fotografías
callejeras, así que en lugar de enseñaros todo junto en un post os traeré una
receta cada vez y os invito a leer sosegadamente esta maravilla de número que
nos inunda de luz y de aromas de verano.
Os dejo con la primera de las recetas. Hasta
pronto!
Helado de cheesecake de fresas al aroma de
rosas, menta y pimienta rosa.
480 ml de nata fresca
1 vaina de vainilla
115 gramos de queso crema tipo
Philadelphia
3 yemas de huevo
130 gramos de azúcar
160 ml de fresas trituradas en
puré
6 galletas tipo Digestive
1 taza de fresas cortadas en
cubitos
2 rosas cristalizadas
6 granos de pimienta rosa
6 hojas de menta
Llevar a ebullición en un cacito
la nata y retirarlo del fuego al primer hervor.
Hacer un corte longitudinal a la
vaina de vainilla y extraer las semillas, que mezclaremos con la nata.
Batir con varillas en un bol el
queso crema con los huevos y el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa a la
que añadiremos la nata templada en forma de hilo, para que los huevos no
lleguen a cocerse.
Poner el bol a baño maría y batir
con varillas hasta que la mezcla espese y podamos cubrir con ella el dorso de
una espátula o de una cuchara de madera. Retirar del fuego y dejar enfriar
ligeramente.
Incorporar el puré de fresas,
mezclar bien y dejar enfriar completamente a temperatura ambiente antes de
cubrir el bol con film y dejarlo en la nevera durante al menos 6-8 horas (Mejor
de un día para el otro) Al mismo tiempo, meter la cubeta de la máquina de
helados en el congelador.
Pasadas las 6-8 horas, montar la
máquina, echar la mezcla en la cubeta y dejar trabajar durante minutos. Cuando
el helado esté listo, añadir las fresas cortadas en cubitos, las galletas que
habremos partido un poco con las manos, las hojas de menta cortadas finas, los
granos de pimienta rosa y las rosas cristalizadas que previamente habremos
pulverizado. Remover con delicadeza y pasar la mezcla a un recipiente de metal
apto para congelación y dejarlo reposar hasta el momento de tomarlo. Es
conveniente sacarlo del congelador unos minutos
antes de servirlo.
Le mie cocotte languiscono nei loro scaffali. Potrei giurare che quando gli
passo accanto, alcune mi guardano con rancore e ad altre scappa una
lacrimuccia.
I miei tagliabiscotti si stanno ammazzando fra di loro. I più anziani mi
hanno fatto causa per disoccupazione involontaria (Barzelletta da avvocati) e
quelli che non ho adoperato neanche una volta hanno appeso un manifesto dove si
legge “Dacci un’opportunità!!!!”
Ieri ho beccato il contenitore della gelatiera che saltellava cercando di introdursi
da solo nel freezer. E quando l’ho rimesso dentro alla sua fodera mi ha
lanciato uno sguardo che non mi è piaciuto per niente.
Le macchinette per le ciambelle e le cialde cercano di attirarmi dal fondo
dell’armadio con i loro canti da sirena e non sò fino a quando potrò far finta
di non ascoltarle, ma per ora resisto con tutta la mia forza di volontà.
Che dire dei miei stampi da torte della NordicWare. Quelli non mi rivolgono
più la parola, mi hanno chiesto addirittura il divorzio.
E tutto questo per spiegarvi perché ho il blog abbandonato, perché non oso
visitare i vostri di blog, perché mi accontento di vedere ciò che condividete
su Facebook o Pinterest, e leggendo e rileggendo i libri brillanti che scrivono
le mie amiche come Bea Roque o Sandra Mañas, facendo molta attenzione per non
sbavarci sopra: Perché sono a dieta.
Sì, lo sò, lo avrò detto mille volte e altrettante mi sono arresa. Ma
questa volta è diversa. Non si tratta di fare la dieta per un po’, ma di uno
stile di vita tutto nuovo che mi stà dando ottimi risultati e che è partito il
giorno in cui mi sono accorta che il sovrappeso non era un problema ma un
sintomo. Dovevo trovare il modo per smettere di mangiare in maniera compulsiva
ma senza sforzo, senza dolore e per sempre, e sono molto felice di averlo
trovato. Parlare di cifre può essere assurdo ma vorrei dire che ho perso 14
chili in 3 mesi e che è stato molto facile. Adesso però arrivano le difficoltà,
i prossimi 10, quelli che da tempo sono sistemati dove non dovevano.
E se tutto va bene possono essere 15 anzicché 10 chili, ma non voglio
crearmi delle aspettative che dopo magari non riesco a compiere e finisce che
vado di corsa a prendere un cucchiaio e il barattolo della Nutella.
Ammiro quelli tra voi che sono in grado di agire così, ma io se ho una
torta al cioccolato nel freezer me la vedo pure nei miei sogni e la mia anima
non conosce la pace fincché non riposa tutta intera dentro alla mia pancia. E se
faccio qualcosa da regalare, devo prima sottoporla al controllo qualità. Come
faccio altrimenti per essere sicura che ciò che regalo è buono abbastanza?
Dovrò accertarmi prima!
Così, seguendo il proverbio che dice “chi evita l’occasione evita il
pericolo”, io scanso il pericolo di mangiare con la strategia di non produrre
niente da mangiare che il suddetto pollo e roba del genere.
E non patisco la fame, anzi, mangio di più e più volte al giorno. E questo
sarà il mio stile di vita per molto tempo, tutto l’occorrente per raggiungere
il traguardo e poi quel che servirà per mantenermi. E parliamo di 3-4 anni
minimo.
Questo non vuol dire che ogni tanto non possa permettermi uno strappo,
posso e lo faccio, ma compiendo certe dritte i giorni successivi. Non c’è
niente di gratis in questa vita.
Se mi manca la cucina e la
pasticceria? Essì. Tanto. Quasi da
far male. Ma sono così felice delle conquiste che man mano stò facendo che mi
ripaga. Il tempo di cui non ho bisogno per cucinare e fotografare adesso mi
serve per provare vestiti in cui non entravo da più di un anno, per truccarmi,
farmi le manicure, che può sembrare banale ma era molto tempo che non prendevo
cura di me stessa in questo modo e mi piace. Poi queste sono attività che non
fanno ingrassare :-)
Questo post non è quindi un addio ma... quasi. Perché pubbliccherò pochi
post questa estate, quindi vi consiglio di sottoscrivervi via mail se volete
sapere quando ho pubblicato, o di seguire la mia traccia su facebook.
Ho aspettato 10 minuti per vedere se la signora dai capelli rossi si spostava... Ma mi sono arresa. |
Per uccidere la voglia di scrivere stò pensando di aprire un blog dove raccontare con umore la mia esperienza con la dieta, ma su questo devo riflettere
perché sarebbe qualcosa di molto personale e poi non vorrei iniziare questo
blog per poi abbandonarlo. Ma lo stò considerando sul serio perché forse la mia
esperienza può aiutare chi si trova nella mia stessa situazione, persone che si
sentono come mi sono sentita io in passato, sull’orlo di una crisi di nervi,
incomprese, disorientate.
Mentre rifletto su queste cose intendo godermi l’estate che si prospetta
tranquilla. Il mio anno sabbatico è finito, ho studiato e lavorato sodo per
riprendere dopo molto tempo a fare l’avvocato, occupandomi soprattutto di
diritto di famiglia, ed ho già aperto il mio studio al centro di Madrid.
Affronto questa nuova tappa professionale molto speranzosa e felice di essere
la mia “boss.” Senza orari rigidi, senza sopportare col nodo alla gola un capo
f.d.p. doc, senza la depressione delle domeniche, senza la paura del lunedì. Amo
la domenica. Amo il lunedì. Amo la mia vita in questo momento anche se non sò di
cosa vivrò il prossimo mese.
E dopo avervi aggiornato sulle mie novità dal punto di vista personale e
professionale e di spiegarvi perché non intendo pubblicare le dolci perversità
che attendono nella mia lunga lista di “da fare”, vi porto in compenso una
ricetta di quelle che appaiono nello speciale estate Threef dedicato allo
Street food. In questa occasione ho collaborato con tre ricette e tanti scatti
delle strade di Madrid e non solo, quindi invece di farvi vedere tutto in un
solo lunghissimo post vi porterò una ricetta per post en el frattempo vi invito
a leggervi con calma questa rivista meravigliosa che ci inonda di luce e di
profumi estivi.
A presto!
Gelato di cheesecake di fragole al profumo di rose, menta e pepe rosa
480 ml di panna fresca
1 baccello di vaniglia
115 grammi di formaggio crema tipo Philadelphia
3 tuorli
130 grammi di zucchero
160 ml di fragole tritate in purea
6 biscotti tipo Digestive
1 tazza di fragole tagliate a cubetti
2 rose cristallizzate
6 bacche di pepe rosa
6 foglie di menta
In un pentolino riscaldare la panna a fuoco medio. Ritirare al primo
bollore, tagliare il baccello di vaniglia nel senso della lunghezza e
aggiungerne i semi alla panna mischiando bene
In una ciotola frustare il formaggio con le uova e lo zucchero fino ad
ottenere un composto cremoso (Due minuti circa) Aggiungere la panna bollente a
filo, in modo da non far cuocere i tuorli.
Mettere la ciotola a bagnomaria. Mischiare con una frusta fincché la crema
si addensa fino a coprire il dorso di un mestolo di legno. Rimuovere dal fuoco
e continuare a girare la crema per farla raffreddare leggermente.
Aggiungere le
fragole in purea e mischiare bene. Coprire e lasciare raffreddare completamente
a temperatura ambiente per poi mettere
in frigorifero durante almeno 6-8 ore. Tenere nel frattempo il contenitore
della macchina per gelato nel freezer.
Versare il composto nel contenitore della macchina per gelato e lasciarla
lavorare per 45 minuti. Quando il gelato sarà pronto, aggiungere le fragole
tagliate a cubetti, i biscotti sbriciolati grossolanamente, le foglie di menta
tagliate e le bacche di pepe rosa e le rose cristallizzate, entrambe
polverizzate. Mescolare delicatamente e trasferire il gelato in un contenitore
metallico adatto al freezer e tenerlo lì coperto fino al momento di consumarlo. Meglio ritirare il gelato dal freezer 10 minuti prima di servirlo.
Escríbelo, hazme caso, luego te va a hacer ilusión leerlo con el tiempo. Y bueno, mucha suerte en tu dieta, seguro que consigues todos tus propósitos, y enhorabuena por lo que llevas y por ese negocio! cuántas cosas!
ResponderEliminarFabi, cómo me ha gustado leer lo que nos cuentas....
ResponderEliminarTe entiendo de maravilla, ¡ vaya que si te entiendo....! Toda mi vida es una constante dieta.
Te deseo todo lo mejor.
No dejes el blog del todo, de vez en cuando, síguenos contando...
Un abrazo muy fierte,
María José.
ce la farai tesoro a raggiungere l'obiettivo, sei capa tosta e so che ce la farai :) e intanto goditi il già bel traguardo raggiunto che non è da poco!
ResponderEliminargrazie per il tuo preziosissimo contributo al nuovo numero, sei stata speciale, ma già lo sai ;)
TVB, un abbraccio
Fabi;
ResponderEliminarEres mi ídola! Y cómo me gusta saber todas estas cosas que afrontas con tanta fuerza! Toda la suerte del mundo. Y no desaparezcas... Besos, Isa